miércoles, 18 de marzo de 2020

Después del día uno

No hay caminos para la paz, 
la paz es el camino.
Gandhi

Cuesta levantarse,
y diseñar el nuevo día.

Cuesta acostumbrarse
a esta realidad,
que por momentos
no parece pasajera.

El ejercicio,
es buscar la paz,
aquel equilibrio interior,
aquella fuerza, aquella luz,
aquel tamiz,
que filtra el pesimismo,
la mala fe,
el desazón y la mentira.

Llega por momentos,
como luz de luciérnaga,
pero llega e ilumina
y hace que el día valga la pena.

Solo o acompañado,
responsable de ti o de otros,
en la casa o en la calle,
en la tienda o en la trastienda,
en el hospital,
en la zona de urgencias...
La paz es el camino,
el ejercicio diario,
-independiente de las condiciones-,
de buscar la luz,
de tamizar el espíritu,
de llenarse e impregnarse
de lo verdaderamente necesario,
de vacunarse contra los virus,
los virus de la ambición,
de la avaricia, de la corrupción,
y la envidia.

Después del día uno,
vendrán otros días,
seguramente,
volveré a leer estas letras,
por si el camino se me olvida.



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