domingo, 22 de marzo de 2020

Después del día cinco

 “Hay momentos en la vida de todo político
en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios”
Abraham Lincoln

Es el miedo
y la impotencia,
que recorren el mundo.

Mientras la lucha se centra
en los centros de urgencias,
en los hospitales
y en la vida misma de la gente,
a la que se le pide
una y otra vez,
como una oración,
como una súplica,
como una orden,
como una consigna:
quédate en tu casa…
la clase política,
no da la talla.

Los políticos,
la gran mayoría de ellos,
no han sabido responder,
al nivel del problema,
y lo que es peor,
siguen hablando,
siguen peleando entre ellos,
siguen buscado apoyo,
a sus tesis desgastadas,
a sus luchas sin razón,
a sus acusaciones falsas.

Ellos,
a quien elegimos,
para que gobernaran,
para que nos cuidaran,
para que pensaran en el presente
y en el mañana,
hoy se sumergen
en un lago de soberbia
y en una nube de sinsentidos,
olvidando
que en la unión está la fuerza,
que la vida vale más,
que un puñado de monedas.

Cuando esto acabe,
parte de lo que cambie,
o que deba cambiar,
será la política;
los que vivan de ella:
de forma responsable y seria.
Y,  los que nos beneficiamos de ella:
ciudadanos serios,
comprometidos y dignos.
No es posible,
seguir viviendo
en una miseria política
tan irresponsable.

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