Cuando hablamos del derecho a la vida, o al
desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. La
tolerancia promovida, protegida y venerada asegurará la libertad. Sin ella, no
podemos asegurarnos de ninguna. En las palabras de un hombre sabio: "la fe
produce respeto, y el fanatismo provoca el odio"
Kofi Annan
Solamente somos
diferentes,
y eso es una
característica natural.
Diferentes en la
forma de pensar,
diferentes en la
forma de actuar.
Quizá no habíamos
reparado en ello,
quizá eso no
importaba tanto,
pero en este loco
mundo,
la diferencia se
interpreta
como una verdadera
afrenta.
Si manifiestas tus
diferencias
sobre un determinado
equipo deportivo,
tarde o temprano,
esas diferencias,
serán
irreconciliables,
a tal punto de mirar
al otro
como un enemigo a
vencer,
un enemigo cruel y
despiadado,
y por tanto, debes
ser como el.
Si piensas diferente,
a la mayoría de gente,
incluso de una
minoría,
en torno a ideas
religiosas,
podrías correr el
riesgo
de ser catalogado
como irreverente,
como persona no
grata,
como un enemigo del
dios,
como enemigo de la
religión,
Si las diferencias
persisten,
corres el riesgo,
de ser atacado por un
fundamentalista,
que pensará que debes
ser eliminado.
Si crees que es
posible,
aceptar a las
personas,
por el simple hecho
de serlo,
a pesar de que ellas
han expresado y
aceptado
que su orientación
sexual
no es la tradicional,
quizá tengas serios
problemas,
porque te etiquetarán
de diferente,
de persona sin valores,
de persona poco
humana,
y corres el riego de
ser atacado
en algún momento de
tu vida.
Si haces una crítica,
al político de turno,
a las ideas
políticas,
de la tendencia que
sean.
Si te opones a
regímenes
que son catalogados
de totalitarios,
si crees que la
democracia
es algo que aún no se
vive
en tu ciudad, en tu
país,
o en tu región,
prepárate,
porque el poder en el
poder,
el poder político,
te acusará de ser
enemigo
de lo que ellos
llaman pueblo,
de lo que ellos
llaman pobres,
de lo que ellos
llaman gobierno,
y corres el riesgo de
ser atacado,
de ser apresado y de
ser sentenciado.
Somos diferentes,
y eso es bueno,
porque en esa
diferencia
está la riqueza de la
humanidad.
En esa diferencia,
si la entendemos,
si la estudiamos,
si la asumimos,
encontraremos
la fórmula o las
fórmulas,
de convivir sin
violencia.
Somos diferentes,
no enemigos,
nuestras diferencias
de ideas,
de creencias y de
caminos,
no pueden ser
pretexto
para ser convencidos
de que el que piensa
diferente,
el que es diferente,
es nuestro enemigo,
es un rival a vencer,
es alguien a quien
debo atacar,
es alguien a quien
debo matar.
Somos diferentes,
y si un líder,
usa esa diferencia
para hacernos creer
que somos enemigos,
ese líder no merece
la pena
llamarse tal.
Y lo que es peor,
sino nosotros nos
convencemos
de que las diferencias
son
motivos para la
violencia,
debemos pensarnos y
repensarnos
como seres humanos,
o inhumaos quizá.