jueves, 26 de octubre de 2023

Pensar y vivir la paz

Hacer la paz es acercar los muchos conflictos 

de una sociedad a un punto de consenso. 

Se trata de una nueva visión de la pintura

sobre la historia política de una nación.

Benazir Bhutto 

En estos días,

hemos oído y hablado de la paz.

Habíamos vivido muchos años

presos de un conflicto bélico,

que nos volvimos belicistas

y construimos a su alrededor

una narrativa que defendía

la justificación para la guerra.


Cuando llegó la paz,

la sociedad pudo empezar

a pensar en un futuro,

en opciones, en planificaciones.

Cuando llega la paz,

llegan compromisos

para pensar y trabajar por ella.


¿Qué paz queremos?

¿Qué paz podemos?

La guerra “hacia afuera” terminó,

y, de a poco,

sin darnos cuenta,

sin pensarlo,

inició una guerra “hacia adentro”.


Nos dividieron, nos empobrecieron,

nos distrajeron, nos hicieron creer

en dioses de barro, en cuentos de fantasmas.


La intolerancia ganó la batalla,

y una vez enfrentadas, 

todas las fuerzas,

y todas las opciones,

izó su bandera la mafia desgraciada,

protegida y aupada por testaferros 

que han comprado voluntades, 

autoridades e instituciones.


Si no juntamos pronto,

las voluntades necesarias,

las voluntades honestas,

las voluntades adecuadas,

(que las hay)

los consensos que la paz reclama,

no serán posibles,

y seguiremos secuestrados.


No solo debemos pensar en la paz,

hay que vivir por ella,

antes que muchos más mueran,

en su nombre.


jueves, 19 de octubre de 2023

Democracia: un complejo ejercicio de vida

No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo

Henri-Frédéric Amiel

Una creciente inconformidad,

rodea a la política, los políticos

y el ejercicio del servicio público.


Queremos que las cosas sean distintas,

pero seguimos eligiendo

al mismo formato de políticos

y al mismo formato de movimientos

que hacen política,

solamente en tiempos de campaña.


Si nos preguntan,

si hay democracia en nuestros países,

decimos que si, 

porque asociamos el votar

y elegir mandatarios y representantes,

como el inicio y fin 

de la participación ciudadana.


La democracia,

conlleva una serie de derechos,

características y por decirlo de alguna manera,

recoge una serie de conquistas

que harían del mundo,

un mejor lugar para vivirlo.

Todos esos derechos,

todas esas luchas

para proteger a los desprotegidos,

por dar trabajo a los desempleados,

salud a los enfermos, 

educación a los analfabetos y necesitados,

justicia a los desamparados,

todo ello, permanecerá

solamente escrito y en la boca de los políticos,

si quienes gobiernan 

sucumben a su orgullo y ambición,

y los gobernados,

dejan de hablar, pensar y actuar,

sobre lo que verdaderamente importa: todos.


De nada sirve una constitución 

que diga que somos democráticos,

o un gobierno y representantes

elegidos por voto popular, 

si la esencia de la democracia,

no se estudia, entiende, practica, promueve

en cada uno de los espacios de la vida.


Partidos políticos, políticos, ciudadanía,

organizaciones sociales, empresas, emprendedores,

todos, todos debemos llevar adelante 

un complejo ejercicio de vida: 

construir una verdadera democracia.


jueves, 12 de octubre de 2023

Sobre fanatismos y fundamentalismos

Cualquiera con fanatismo, poder e impunidad puede transformarse en una bestia

Isabel Allende

Los aplauden,

los siguen, los celebran,

los convierten

en una suerte de deidades.

Les creen todo lo que dicen,

hacen lo que les piden,

los transforman en dioses,

en profetas, en elegidos.


Junto a este grupo de personas,

cegadas por el fanatismo,

el fundamentalismo, el extremismo

y la más brutal ignorancia,

están otros que apoyan,

no por fanatismo o porque creen

en esos dioses de barro.

Muy por el contrario, están

porque cobran ese apoyo:

cargos, contratos, poder,

lucro sin límite.

Son una suerte de ejército

de toda mafia posible. 


La humanidad ha vivido

y vive,

historias de fanatismos,

extremismos y fundamentalismos.

Son historias que coinciden

con tiempos de oscurantismos,

entendidos éstos,

como espacios de tiempo

donde la humanidad pierde

y ha perdido la capacidad

de leer, comprender, reflexionar,

pensar, construir una idea,

poderla expresar y hacerla realidad.


Una idea:

en beneficio de los demás,

por el bien común,

renunciando a intereses particulares,

buscando que todos ganen,

dejando de lado los egos

y los intereses comunes.


En tiempos de fundamentalismos,

de extremismos y fanatismos,

es necesario restaurar

aquello que a la humanidad 

le ha servido para ser tal:

buena fe, sentido común,

esfuerzo, constancia, trabajo en equipo,

solidaridad, tolerancia, disciplina,

comprensión, humanismo, estudio,

flexibilidad, humildad, compromiso,

lealtad, saber aceptar,

saber enmendar.


Una suma de valores

que no se cuelgan en ninguna pared,

por el contrario

se construyen en el corazón,

se comparten sin pretensión

y se siembran y cultivan en vida 

-por amor-

 

Lo contrario, es dar vida

a los que viven del fanatismo,

del fundamentalismo y del extremismo,

como profesión maldita.


sábado, 7 de octubre de 2023

Por cuatro

1.

Caminas,

por las calles de mis días,

y a tu paso dejas,

deseos por cumplir,

suspiros por aplacar,

un sentimiento de amor sin cesar.


2.

No te detengas,

sigue donde estás,

bebiendo de la fuente de todos los deseos.

Sigue allí,

su agua te transmitirá,

el sabor del amor bueno.


3.

Casi sin fuerzas,

alcanzo el puerto y lo abrazo.

Estoy agotado,

y a la vez feliz.

No creí nunca,

que navegar sus aguas,

sería la aventura más salvaje,

delirante y perfecta

que hubiese llegado a imaginar.


4.

Hay locuras de muchos tipos,

la mía crece con los días,

y con los tiempos y momentos

que nacen de los encuentros,

donde los cuerpos son uno.

jueves, 5 de octubre de 2023

Un equipo

No somos un equipo porque trabajamos juntos. Somos un equipo porque nos respetamos, confiamos y nos preocupamos por los demás


Personas,

muchas o pocas,

en un lugar, en un espacio determinado,

no quiere decir

que son un equipo,

o que trabajan juntas.


Muchos logros,

muchas metas,

son el resultado 

de unos cuantos 

dando la vida,

para que los resultados

parezcan de todos.


Este modelo me recuerda,

cuando un maestro enviaba

una tarea de grupo:

alguien la hacía por todos,

todos recibían el aplauso.

Una perversa manera,

de entender 

un errado modelo 

de “trabajo en equipo”.


Con el tiempo,

descubro la riqueza

de esta ecuación compleja:

todos para uno,

y uno para todos.


Sencilla de decir,

compleja de cumplir.

Y como las cosas buenas,

su belleza y complejidad,

radica en su naturalidad.


Respeto, confianza y solidaridad,

los primeros ingredientes,

de un equipo que deberá enfrentar

el éxito y la fatalidad.

Diálogo, respeto y humanidad,

se suman a la receta,

de ser un equipo hacia dentro

y hacia afuera.


Quizá no todos piensen igual,

quizá no todos se quieran,

pero quieren aquello

que los hace mejores y humanos.


En estos días,

he sentido tanto

eso de poder lograr juntos,

algo que solos, creíamos muy lejos.