jueves, 26 de noviembre de 2015

Dieciséis dias

La tarea que enfrentan los devotos de la no violencia es muy difícil, pero ninguna dificultad puede abatir a los hombres que tienen fe en su misión.
Mahatma Gandhi

Es en la mente del ser humano,
donde nace la violencia,
donde nacen las guerras,
por tanto es en esas mentes,
donde debemos trabajar
con la noviolencia,
para construir una cultura de paz.

Esta semana,
múltiples colectivos sociales,
organizaciones públicas y privadas,
se sumaron a la campaña
por el día internacional
de la eliminación de la noviolencia contra la mujer.
La campaña,
entre varias propuestas,
hacía un llamado
a dieciséis días de activismo,
para reflexionar sobre la violencia,
no solo contra la mujer,
sino contra el ser humano.

No se trata de dividir,
entre violentados: hombres y mujeres,
o solamente atribuir la violencia al hombre,
porque la violencia no reconoce género,
edad, ni condición social, peor económica.
Porque la violencia nace
en la mente de los seres humanos,
desde espacios que nos parecen sanos.

La violencia se enseña en casa,
cuando las tareas se dividen en fuertes y débiles,
las primeras para los hombres,
las segundas para las mujeres.
Cuando mamá sirve a papá,
independientemente que papá,
trate mal a mamá, o viceversa.
Cuando gritamos a los hijos,
a nuestras parejas,
cuando los tratamos de tontos,
cuando les perdemos el respeto
y no fomentamos su autoestima.
Cuando las libertades,
se ejercen únicamente,
por ser de un determinado sexo:
los hombres tienen más libertades,
las mujeres no,
porque “hay que cuidar su dignidad”.

Porque la violencia,
la aprendemos en la escuela,
porque las reglas de convivencia
son piramidales,
porque no hay relaciones sociales,
porque etiquetamos a los niños y niñas,
con los títulos de educados y maleducados,
peleones o tranquilos,
vagos o estudiosos;
porque no generamos estrategias,
para aprender a convivir,
a superar los conflictos de acoso,
usando el diálogo, la mediación y la noviolencia.

Porque la violencia,
se enseña todos los días
y a todas las horas
a través de medios de comunicación
y de redes sociales,
donde las mafias de la pornografía infantil
y las tendencias sobre libertad sexual
desnaturalizan las relaciones sociales,
acaban con el autoestima
y aumentan el impacto de los malos tratos,
los abusos y los acosos.

Porque la violencia,
se la aprende de los líderes negativos,
que enseñan que el ojo por ojo,
es una forma exitosa de vida.
Políticos y líderes sociales,
que mienten como forma de vida
y de mantener un status de falso liderazgo.
De líderes que pregonan,
que el fin justifica los medios,
que la única manera de ser exitoso en la vida,
es llegar al poder,
y tomarlo por asalto de por vida,
asegurando para ellos
el estatus y el dinero,
que no llegaría jamás
a través de la honestidad y el respeto.

Porque la violencia de género,
es parte de la cultura,
de una cultura que aún está en nuestras mentes,
y que la llevamos a la práctica
a través de comportamientos,
comentarios, hechos y demostraciones,
que no hacen sino,
confirmar un grave hecho:
la violencia de género sigue en aumento,
y por eso debemos reflexionar,
pensar y analizar,
educar y actuar,
para que sean los que vienen,
los que por fin puedan,
vivir sin violencia,
que no significa vivir sin conflictos,
sino saber gestionarlos,
y saber convivir en la diferencia,

en el amor y en el respeto.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Menos... menos libertad, menos igualdad, menos fraternidad

Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.
Karl Marx
Bombas, disparos, gritos,
muertes, lloros, suspiros,
lágrimas, amenazas, miedos,
sentimientos de impotencia,
sentimientos de venganza.

Más de cien muertos en Francia,
más de cincuenta muertos en Beirut,
más de mil muertos en Nigeria.
Los terroristas no tienen límites,
su sed de muerte no se sacia con nada.
Día a día quieren sembrar más terror,
día a día convencen a más jóvenes,
hombres y mujeres que abrazan la violencia
como camino al poder.

El terrorismo es un fenómeno,
alimentado por los poderes en el mundo.
Poderes que venden armas,
poderes que quieren el control
de canales de distribución
de recursos naturales y minerales.

El terrorismo y su accionar,
destruye el estado de paz.
Las personas están con miedo,
las personas han perdido la confianza,
las personas desconfían de otras,
por su origen, por su cultura,
por su profesión religiosa.

La libertad que buscamos,
es cada vez más lejana,
porque estamos presos del miedo,
del miedo a la violencia,
del miedo a perder,
el estado de confort.
La libertad que buscamos,
se limita cada vez más,
justificada por los Estados,
que les dicen a sus ciudadanos
que las libertades deben limitarse
por el bien y por la paz,
por el control a los violentos,
por razones que parecen lógicas
hay menos libertad.

Hay menos igualdad,
porque los ciudadanos se clasifican
en peligrosos y normales,
por el hecho de nacer en un país
o en una determinada región.
Ya no somos iguales,
porque las religiones nos hacen diferentes,
porque las ideas y la cultura nos hacen diferentes,
que no está mal,
en primera instancia,
el problema es que esas diferencias
generan desigualdades,
malos tratos,
abusos y desconfianzas.
Hay menos igualdades
entre los seres humanos,
porque los esquemas mentales
nos llevan a pensar
que unos son los malos,
y otros son los buenos
y que debemos acabar a los malos
y que el fin justifique los medios.

Hay menos fraternidad,
porque el miedo lleva al odio,
al sentimiento de venganza,
a justificar la violencia son
método para acabar la violencia.
Dejamos de ser fraternos,
dejamos de ser solidarios,
y cerramos las puertas a los que necesitan cobijo,
negamos la comida al hambriento,
le negamos justicia al oprimido,
al desvalido y al abusado.
Hay menos fraternidad,
porque construimos muros mentales,
que nos convierten en ciudadanos fríos y calculadores.
Ya hemos juzgado,
ya hemos declarado quienes son justos
y quienes son los pecadores.

Con miedo, con odio,
con sufrimiento, con impotencia,
hay cada vez un mundo con menos libertad,

con menos igualdad y con menos fraternidad.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Un supuesto diálogo

Para dialogar,
preguntad primero;
después..., escuchad.
Antonio Machado

A propósito de la participación
de nuestra selección
en las eliminatorias
del campeonato del mundo de fútbol,
algunas marcas comerciales
aprovechan el momento
para promocionar sus productos.
También los políticos lo hacen,
como es el caso de la Asamblea Nacional
que promociona su gestión,
con elaboradas cuñas y mensajes.

El de ayer me llamó la atención,
pues se refería a lo que ellos han sabido llamar
las enmiendas a la constitución,
que constituyen una serie de cambios
a la carta magna,
que ellos asumen se pueden hacer
sin la necesidad de una consulta popular,
y que son necesarios para el bienestar
de todos los ciudadanos.

Hay varios cambios o incorporaciones
al texto de la constitución
y entre el que más polémica ha creado
o preocupación quizá,
se encuentra la posibilidad de la reelección presidencial.

El mensaje que escuché ayer
en la televisión nacional,
y que yo entendí así,
era que los ciudadanos
habían sido informados
de las enmiendas en general
y que tenían la posibilidad de decidir apoyar
y que de hecho apoyaban.

Hasta donde se,
la Asamblea Nacional
asume la posibilidad
de poder enmendar
la Constitución Nacional,
sin necesidad de consulta popular.
Hay un proceso que ellos llaman
de socialización, discusión
o presentación del grupo de enmiendas.

No estoy seguro si ese proceso
garantizó a todos los ciudadanos,
afines al gobierno, no afines,
o de oposición,
un diálogo para entender,
para opinar,
para proponer cambios,
para oponerse a los cambios,
para exigir claridad,
para pedir objetividad,
en todo el proceso de cambio
de una Constitución,
que en su momento se dijo
era la mejor,
era el mejor cuerpo normativo,
que había tenido el país,
en toda su historia democrática.

Tampoco entiendo,
si la constitución se puede cambiar,
o se puede enmendar,
como lo dice la Asamblea Nacional,
sin la voluntad del pueblo,
expresada en las urnas.

No estoy seguro
si hubo un diálogo,
y si, como dice la propaganda,
nosotros podemos elegir las enmiendas,
y si ya hemos elegido y aprobado
que se hagan los cambios,
con una sonrisa y una tranquilidad
que parece reflejar,
que todos hemos entendido el proceso,
lo hemos discutido,
lo hemos aprobado
y hemos autorizado ese cambio,

no lo sé.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Fronteras, territorios de oportunidades

Creo en el hombre antes que en las fronteras.
(Anónimo)

En algún momento de la existencia humana,
se dio forma al concepto de frontera,
se dividió el territorio,
se delimitaron naciones,
pueblos y conglomerados.
Y ese concepto se reforzó con la guerra,
con la cruenta lucha de los pueblos hermanos,
que fueron saqueados y asesinados por soldados,
que representaban y representan
la fuerza de la violencia.

Las fronteras entonces,
se transformaron el lugares lúgubres,
llenos de controles,
de militares y policías
que impiden la movilidad humana.

Las fronteras convirtieron en desierto,
las tierras vecinas,
porque ante la amenaza de la guerra,
era mejor,
era preferible no sembrar la tierra,
no cultivar, no generar empleo,
no generar progreso.
Una frontera muerta,
era una frontera poco apetecida,
al menos eso se creía.

Y esas fronteras siguen,
están presentes y son más fuertes y complejas
cuando dividen a ricos y pobres
o a territorios en guerra,
de territorios en paz,
a territorios que ofrecen oportunidades,
de territorios que se llenan de muertes y hambre,
a territorios olvidados,
de territorios privilegiados.

Esas fronteras también siguen,
en las mentes de los humanos,
que cierran las puertas al desvalido,
al que pide ayuda, al que necesita ayuda.

En estos días,
a propósito del aniversario de la paz,
entre Ecuador y Perú,
hablamos  de fronteras,
pero como territorio de oportunidad,
como espacio de colaboración comunitaria.
Es cambiar el paradigma,
y añadir elementos de cultura de paz:
pueblos y sociedades que trabajan juntos,
ciudadanos que aprenden
a construir redes de conexión, colaboración y progreso,
búsqueda conjunta
de soluciones a problemas comunes,
financiamiento conjunto
a iniciativas de beneficio común,
libre tránsito de personas y mercancías.
En fin…
oportunidades que necesitan ser trabajadas
por la sociedad civil con el apoyo de los gobiernos,
por las instituciones con el apoyo de fondos públicos,
y fondos de empresas y sectores privados.

El reto es interesante,
pero no puede quedarse
solamente en una frase,
hay que ponerle contenido,
hay que ponerle agenda,
hay que escuchar a qué nos comprometemos
y cómo lo vamos a conseguir,
hay que pedirles a los gobiernos
que nos apoyen,
hay que decirles a los ciudadanos
que la paz está en nuestras mentes y corazones,
que desde allí,
con el ejemplo de la cultura de paz,
se irradia a nuestras acciones
y al futuro de nuestras naciones

y pueblos hermanos.