Si llegado el momento,
tuviese que escribir mi testamento,
intentaría robarle al tiempo
unos minutos y unos segundos,
para ordenar mi pensamiento,
para intentar poner orden,
donde jamás ha existido.
Si llegado el momento,
tomando tu
mano,
me despido de
este destino,
botaría al
basurero de la vida,
las cosas que
no servían,
las cosas que
me pesaban,
las cosas que
me dolían,
las cosas que
me mortificaban.
No podría
dejarte jamás,
mi mal genio,
o mis noches
sin sueño,
mis temores y
preocupaciones,
mis penas y
mortificaciones.
Jamás te
dejaría,
aquel “hoy no
puedo”,
aquel “no
quiero”,
aquel “hazlo
sola, no necesitas de mi apoyo”.
Si te dejaría,
mi mejor
poema,
mi canción
favorita,
mis primeras fotografías.
Te dejaría
lo que me
queda de esperanza,
lo que me
queda de locura,
y este amor,
que nunca
acaba,
al contrario…
que crece con
los días,
que se
fortalece
con tu mirada.
Te dejaría
una sonrisa,
un abrazo
interminable,
un beso con
deseo,
una caricia
precisa,
un tomarnos
las manos,
un abrazo de
cuerpos,
un te amo por
siempre,
un te adoro infinito.
Te dejaría,
no sé que más
te dejaría,
si de algo te
sirve…
envolvería mi
corazón,
para que
descanse a tu lado,
y empaquetaría
mi alma,
para que se
convierta en la tuya,
en fin…
te dejaría mi
lado bueno,
y me guardaría,
las cosas que
me hacen humano.