No inventes, no engañes, no robes ni bebas; pero si inventas, invéntate un mundo mejor; si engañas, engáñale a la muerte; si robas, róbate un corazón y si bebes, bébete los mejores momentos de tu vida
Hitch: especialista en seducción
Me imagino la vida,
como un permanente círculo.
Donde algo termina,
algo empieza,
y así, sucesivamente.
Me imagino la vida,
como un permanente círculo,
que me rodea de mis propias creencias
de mis propios miedos,
de mis propios anhelos,
de aquellos que me quieren,
y por ello me protegen.
Me imagino la vida,
como un permanente círculo,
que se traduce en mis límites,
y en mis limitaciones.
Y no es un
dar vueltas a la nada
Al contrario,
es una permanente invitación
a repensarse y renovarse,
a no ser presa del qué dirán.
Es un despertar constante,
ante la muerte de la ilusión,
de las ganas, de la renovación,
y de la transformación.
Es un inventarse permanentemente:
nuevos y mejores momentos,
propios y compartidos.
Hacer que el tiempo
valga la pena vivirlo,
a pesar de las complicaciones.
Es también
hacer que esa vivencia,
-más allá de saber
que algún día termina-
nos diga al oído
y lo sintamos en el corazón,
que vivimos por algo,
que disfrutamos lo vivido,
y que, a pesar de los errores,
seguimos el camino
rotos y remendados.
Es cultivar el corazón
y salvarlo de las malas yerbas.
Alejarlo de la envidia,
la soberbia, el odio
y quitarle la mala sangre.
Inyectarle al corazón
sangre nueva y sangre buena.
Que no lata de odio,
al contrario,
que sus latidos,
a veces dolorosos,
nos den vida.
Es aquí y es hoy,
este círculo de la vida,
donde brindo con los que amo,
con los que me quieren,
con los que caminan de mi mano,
Aquí digo lo que siento,
y siento lo que digo,
sin esperar nada a cambio.
Es aquí donde brindo,
por todo eso que llamamos vida,
que cuesta, duele, molesta, enamora
y da sentido a la existencia.