jueves, 27 de septiembre de 2018

Vivir... no sobrevivir


“Una vida aprovechada cometiendo errores no es sólo más honorable,
sino que incluso más útil que vivirla haciendo nada“
 George Bernard Shaw


Rodeados de clichés y formatos,
construimos nuestro proyecto de vida,
no para ser felices,
sino para ser validados,
por los jueces sociales,
que nos aplauden si repetimos
el supuesto modelo de felicidad,
el supuesto modelo de convivencia social.

Han sido escritas,
las reglas y los formatos,
del éxito y el fracaso.
Las sonrisas para los triunfadores,
las lágrimas para los perdedores.
El tiempo no se puede “perder”,
hay que trabajar y producir,
es la única forma de ser feliz.

Llegas a pensar,
que el reto es sobrevivir,
y entonces
el fin justifica los medios,
todo es para ayer,
poco para el mañana,
se pierde el sentido de la vida,
de la humanidad,
de la dignidad y la tranquilidad.

Dejamos de hacer,
lo que nos hace felices,
porque no se ve bien,
porque ¿qué dirán los demás?,
porque no hay tiempo para ello,
solo hay tiempo para sobrevivir.

Es verdad…
no todo es blanco
o negro,
o todo lo contrario,
pero caemos en el juego,
de decidir entre dos bandos,
cuando de por medio,
hay tantos matices,
como pensamientos,
deseos y anhelos humanos.

Sobrevivimos,
en medio de la lucha,
por ser supuestamente mejores,
por agradar al poder,
por ser parte quizá,
de una migaja de oportunidad,
que nos las venden,
como mercancía de plata.

Sobrevivimos,
olvidando vivir,
olvidando sentir,
olvidando amar sin miedo,
olvidando entregarnos,
si esperar nada a cambio.

La búsqueda y construcción de la paz,
encontrarían nuevos caminos,
si su brújula no fuera
la desgastada búsqueda
de ser como espera la gente que seamos,
y que lleguen los aplausos,
por ser como quieren,
y no como deseamos.

Vivir,
de eso de trata la vida,
de no perder el sentido
de las cosas sencillas,
pero profundas a la vez:
un abrazo, un beso,
una mirada,
un “te quiero”…
un “te amo”,
un gracias,
todo ello,
sin interés alguno,
bueno… quizá uno:
el de hacer feliz al otro,
y que tu recompensa sea,
esa felicidad.

Vivir,
y apreciar esa vida,
y por esa razón,
dejar de dar la razón,
a los que nos engañan
y maltratan,
con palabras bonitas,
con acciones que matan.

Vivir,
aprender a hacerlo,
caso contrario,
estaremos expuestos
a sobrevivir.

jueves, 20 de septiembre de 2018

¿Cuántos más?


“Es indiscutible que al hombre le encanta trazar y construir caminos; pero también adora la destrucción y el caos. ¿Por qué?, díganme... Pero antes quiero decir algo más sobre este asunto. Tal vez le gusten la destrucción y el caos (a veces le gustan; esto es indiscutible), porque tiene un temor instintivo a alcanzar la meta y terminar el edificio que construye.”
FIÓDOR MIJÁILOVICH DOSTOYEVSKI

¿Cuántos muertos más,
esperamos contar,
en las carreteras y vías del país,
para entender que no es cuestión de una ley,
el corregir la cultura vial del país?.
Hay que educar,
y educar en serio,
al profesor y al alumno,
de la escuela de conducción,
al peatón y al conductor,
que son parte de la ecuación.
Educar a la autoridad vial,
y a las personas en general,
si la costumbre es el caos,
la ley nada puede cambiar.

¿Cuántos niños más,
deben desaparecer,
deben ser secuestrados,
deben ser comercializados,
vendidos y ultrajados,
por mafias de pornografía
y trata de personas,
para entender la magnitud
de un problema sin dimensión,
que ciega la vida y la ilusión,
de niños y niñas,
que son parte de una estadística oscura,
que al final no llega a contar,
lo que pasa en la realidad?.
Hay que decir la verdad,
sobre los desaparecidos,
sobre los secuestrados,
sobre las mafias de personas,
sobre las mafias de pornografía infantil,
que secuestran y matan,
la inocencia y la vida,
de nuestros niños y niñas.

¿Cuántos casos más,
debemos escuchar,
sobre corrupción,
robos y asaltos a los fondos del Estado,
para entender que la corrupción,
es un mal endémico,
que no tiene bandera,
que no es de derecha o de izquierda,
pero que se roba toda la plata,
de los que menos tienen,
y de los que aún creen
en dioses de barro
y en figuras políticas baratas?.
Hay que educar en democracia,
para entender,
que quizá no estamos listos para elegir,
a quienes nos gobiernan.
Que poco o nada nos preocupa,
lo que los políticos hagan,
“si roban que roben,
pero que hagan algo de obra,
con eso nos basta”.
Negociados indiscriminados,
contratos ilegales,
sobornos, compra de cargos,
compra de conciencias,
enriquecimiento ilícito,
crímenes de lesa humanidad,
abuso de bienes y dineros del estado,
millones de dólares robados,
entrega de la soberanía
a las mafias del narcotráfico.
Si no podemos leer y entender,
que el poder en el poder es eso,
poco podremos hacer
para cambiar el modelo actual,
y la forma de gobernar.

¿Cuánta gente tendremos que ver morir,
agonizar y esperar,
una atención digna,
en los servicios de salud pública,
para entender que tanto usuarios y prestatarios,
necesitan el apoyo del estado,
para cumplir la sagrada misión
de brindar salud digna
a los ciudadanos de una nación?.
No es un regalo,
no se trata de nada extraordinario,
de ningún gobierno o mandatario,
la salud pública es un derecho del ciudadano,
y una obligación del Estado.
Si rogamos por ello,
es que aún no se ha entendido,
de lo que estamos hablando:
dignidad para con el ser humano.

¿Cuántos casos más,
de todos aquellos que conforman el caos,
que hoy vive la humanidad,
serán necesarios,
para que entendamos de una buena vez,
que el presente y el futuro,
no lo construyen los mandatarios?
Debemos educarnos y educar
para entender que ellos
-los políticos de turno-
son y deben ser el medio
por el cual actúan los ciudadanos,
para el bien común,
para poner… orden en el caos.


sábado, 15 de septiembre de 2018

El jardín (a Rosita Castillo de Punín)


Mi jardín es mi más bella obra de arte
Claude Monet

Recuerdo sus blancas manos,
dedicadas por completo a su jardín.
Cuidó de él,
como su tesoro,
como su obra de arte.
No existió
rincón alguno,
que no mereciera su atención.

Las horas del día,
no bastaban
para cuidar sus flores,
y sus plantas más preciadas.
Sus blancas manos,
dieron forma a su jardín,
donde brotaron con el tiempo,
las flores que amó,
y los frutos que cultivó.

Su jardín no fueron –solamente-,
sus plantas y flores,
fue sobre todo su familia,
su amado esposo
sus queridos hijos,
sus adorados nietos,
en fin… su familia en extenso.

Hoy sus blancas manos,
se han elevado al infinito,
y desde allí cuidan el jardín familiar,
que con dolor las recuerdan
y con esperanza confían,
que no los deje jamás.

jueves, 13 de septiembre de 2018

No basta...


Supongo que el único momento
en que la mayoría de la gente piensa en la injusticia,
 es cuando le sucede a ellos
Charles Bukowski


No basta con encarcelar
a uno de los ladrones,
si los demás quedan libres,
impunes y además,
se comportan como unos burlones.

No basta,
con lanzar consignas contra la corrupción,
si permites o dejas a los corruptos
seguir actuando a favor,
de los que roban y trafican
con el futuro común.

No basta con tener leyes,
reglamentos y resoluciones,
que digan o prediquen
perseguir a los malvados,
si son ellos,
los que siguen montados
en el poder y sus instituciones.

No basta,
con rasgarse las vestiduras,
y admirarse de la podredumbre del poder,
si en cuanto hay oportunidad
vendes tu alma al diablo
y a toda su comunidad.

No basta,
con tener un comité anticorrupción,
si los que controlan
al congreso de la nación,
son asalariados
de los mafiosos y malandros
que asaltaron al estado.

No basta,
con tener maquillajes legales,
para castigar al delincuente
si los cuerpos de seguridad,
que deben cuidar del ciudadano,
son los que protegen y cuidan
al mafioso y al maleante avezado.

No basta,
con enjuiciar a los corruptos.
A ellos se les debe prohibir,
el usar medios públicos
y también privados,
para promover su condición
de “víctimas del estado”.

No basta,
con señalar con el dedo,
al que se ferió la plata,
es necesario que la devuelva,
que se lo condene,
en un juicio justo,
y a la vez se le prohíba,
la posibilidad de terciar,
por una nueva lid electoral.

No basta,
con declararnos víctimas de la corrupción,
si nos importa un comino,
cómo se hace política,
cómo se trabaja en política,
cómo se financia una campaña,
cómo se construye un discurso
que manipula la realidad
y hace del electorado,
algo parecido a un rebaño.

No basta,
con saber que es el tiempo
de la podredumbre y la corrupción,
si igual busco el favor del tramitador
para saltarme la ley y al controlador.

En fin,
de nada sirve quejarse,
si siempre haces
lo que el poder te pide,
sea directamente
o disfrazado de promesa…
politiquera y electorera.