Mi jardín es mi más bella obra de
arte
Claude Monet
Recuerdo sus blancas manos,
dedicadas por completo a su jardín.
Cuidó de él,
como su tesoro,
como su obra de arte.
No existió
rincón alguno,
que no mereciera su atención.
Las horas del día,
no bastaban
para cuidar sus flores,
y sus plantas más preciadas.
Sus blancas manos,
dieron forma a su jardín,
donde brotaron con el tiempo,
las flores que amó,
y los frutos que cultivó.
Su jardín no fueron –solamente-,
sus plantas y flores,
fue sobre todo su familia,
su amado esposo
sus queridos hijos,
sus adorados nietos,
en fin… su familia en extenso.
Hoy sus blancas manos,
se han elevado al infinito,
y desde allí cuidan el jardín familiar,
que con dolor las recuerdan
y con esperanza confían,
que no los deje jamás.
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