viernes, 25 de septiembre de 2020

Desbocados

                                                                                          

Salud piden los hombres a los dioses en sus oraciones,

pero no se percatan

de que tienen en sí mismos control sobre ella y en que,

como hacen por su desenfreno lo contrario a lo debido,

se convierten en traidores de su salud por sus propios apetitos

Demócrito


Nada ha cambiado,

el virus sigue activo,

el peligro no cesa.

Al contrario,

cual enemigo invisible,

te hace creer que no está,

que no existe

o que no es tan malo.


Mientras te obligaban

a un encierro complejo,

acatabas la ley o la orden,

con desgano, desesperación

y también con mal ánimo.


Las condiciones cambian,

con los días, 

para intentar reactivar,

una economía deprimida,

una economía golpeada,

unos trabajos perdidos,

unas oportunidades afectadas.


Y en ese cambio de condiciones,

algunos, varios, muchos,

salen “desbocados” a las calles,

y hacen lo que les da la gana,

perdiendo el control,

incumpliendo  normas básicas de convivencia 

y de respeto social.


Las condiciones de peligro

y de complejidad de la enfermedad

no han cambiado para nada.

Sin datos ciertos,

sin mediciones ordenadas,

la sociedad camina,

dando palos de ciego,

por donde va.


Se escucha, se especula,

se oye, se dice,

se comenta que vamos mal,

que vamos muy mal,

o que vamos mejor,

o que vamos mucho mejor.

Sin embargo,

las condiciones del virus,

y su peligrosidad

no han cambiado para nada.

Tampoco ha cambiado,

la tendencia al desenfreno,

a dejar de hacer lo debido,

a cosechar tempestades,

luego de sembrar vientos. 


De nada sirven 

los pedidos y ruegos

de quienes cuidan a los enfermos

en un hospital o en una casa.

De nada sirve

conocer  las secuelas

que deja el virus

a su paso por los cuerpos.

De nada sirven 

las lágrimas de quienes

perdieron y siguen perdiendo

a sus seres queridos.


El desenfreno,

no tiene oídos,

actúa solamente por instinto,

sin un ápice de humanidad.

Y es un desenfreno 

no solamente en lo social.

La clase política,

en el poder y la que quiere llegar a él,

lanzan sus mensajes,

para provocar una especie de desenfreno,

que nos mantenga ocupados

de lo trivial,

y no de lo verdaderamente importante. 


Seguimos esperando,

que las cosas cambien,

mientras hacemos las cosas,

como las hemos hecho siempre.


jueves, 17 de septiembre de 2020

Forjando la paz juntos

                                                                                                    La paz no puede mantenerse por la fuerza.

Solamente puede alcanzarse por medio del entendimiento.

Albert Einstein


Siempre es tiempo,

de hablar de paz.

De pensar,

de trabajar 

y entender la paz.


Es un ejercicio colectivo,

que nos debe llevar 

a pensarnos como iguales,

como humanos,

como dignos de una vida digna.


Un ejercicio colectivo,

que nos debe llevar,

a pensarnos y comprendernos

como diversos,

multicolores, 

herederos de una historia,

de una cultura,

de unas costumbres 

y de una forma particular

de ver el mundo

y todos sus fenómenos. 


La paz es una invitación

que no caduca.

una puerta abierta,

sin horario para el diálogo,

y sobre todo la acción.


La paz,

es también 

la piedra en el zapato

del opresor, del dictador,

del abusador, del corrupto,

del asesino, del acosador,

del que lucra con la violencia.


La paz

no admite “medias tintas”,

ni discursos engañosos

que se basan en mentiras 

disfrazadas de verdades.


La paz se nutre,

de la unión de nuestros corazones,

del resultado de nuestras acciones,

de nuestro renunciamiento

a una falsa comodidad,

y de nuestra acción desinteresada

de todos para todos. 


No busquemos lejos,

ejemplos de construcción de paz,

los encontramos muy cerca:

en los hogares de acogida

de mujeres y niños violentados,

en los hogares de cuidado

de niños abandonados,

en los espacios donde se sirve,

sin ningún pago,

un plato de comida caliente.

en los espacios donde se cuida,

sin interés alguno

a los animales abandonados.

En los grupos humanos,

que socorren a los inmigrantes,

a los abandonados,

a los enfermos, desahuciados, o a los necesitados.


La paz vive,

en un espacio de respeto,

aunque esté lleno de conflictos,

pero sobre todo

de respeto a la dignidad humana.


No se construye sola,

no se sostiene sola,

la paz se forja juntos,

y se proyecta en unión

de unos con otros,

conocidos y desconocidos,

afines o no,

en ideología o religión,

pero juntos.


Quizá uno de los regalos

que podamos hacer a la paz,

sea el dejar de pensar

que nos la regala el político de turno,

o el político en el poder,

que nos impone “su paz”,

porque sabe

que no hemos llegado, hasta ahora, a entenderla.


No hay caminos para la paz,

la paz es el camino (Gandhi).


domingo, 13 de septiembre de 2020

Tu sonrisa, de caballero (a Felipe Burneo Burneo, desde el corazón)

 Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante

Charles Baudelaire

Es domingo en la ciudad,

y me llega la noticia de tu partida.

Son innumerables los sentimientos

que acuden a mi mente,

y no puedo evitar recordar

el doloroso momento

que implica este viaje.

 

Ahora descansa,

es tiempo de ello,

la atadura al cuerpo acaba

y empieza el viaje celeste.

 

Es verdad,

hay dolor en todos los corazones

de quienes pudimos

disfrutar de tu amistad

y en especial… de tu sonrisa.

 

Hay dolor en la familia,

un dolor profundo,

que con el tiempo, espero,

se haga llevadero.

 

Es tiempo de descansar,

y que tu ejemplo,

rl ejemplo de tu sonrisa,

el ejemplo de tu vida,

sea la luz que ilumina,

a tu querida familia.

 

No hay despedidas,

porque seguiremos

el mismo camino,

Mientras tanto mi querido amigo,

nos queda en el alma

tu sonrisa de caballero.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Sufrimiento

                                                                                                                                Todo lo que endurece,

desmoraliza

Concepción Arenal


Un incendio,

destruye en poco tiempo,

el “hogar” temporal

de miles de refugiados,

que son tratados como delincuentes,

y por ello viven asilados

en supuestos albergues,

que al final resultan

prisiones o cárceles


Miles de refugiados,

huyen de sus hogares,

de sus países, 

huyen de sus tristes realidades,

soñando un mundo mejor,

y son víctimas, 

no solo de su propio sistema,

sino de las mafias

que trafican con personas.


Endurecido  el corazón,

ante este drama humano,

la etiqueta de delincuente,

cuelga del pecho del refugiado,

al cual se busca invisibilizar,

y tratar de encerrar,

en lugares llamados refugios

o centros de acogida.

Allí viven por años,

sin derechos, sin identidad,

sin la posibilidad de soñar

mejores tiempos.


Otros,

caminan sin rumbo,

sin una ruta trazada,

viven el día,

y buscan refugio en la noche.


Ellos,

los movilizados,

los refugiados,

son la cabeza visible,

de un profundo 

problema social y mundial.

A ellos etiquetamos,

a ellos les impedimos sus derechos,

a ellos los intentamos rechazar,

encerrar o decirles que regresen,

así sea a su propia muerte.


Su sufrimiento se opaca,

con el endurecimiento 

de la actitud de una sociedad

ignorante de las diversas realidades.


Su sufrimiento se oculta,

con el discurso del odio,

que fomenta la discriminación,

que profundiza la división

de un mundo cada vez menos consciente

de su propia realidad.


Un sufrimiento

que se suma a otros,

y que lo hacen un todo,

no sé si llamarlo insostenible.

Niños sin derecho a la salud,

a la educación, a jugar,

a divertirse y a soñar.


Seres humanos,

que sienten que todo está en su contra,

y que quisieran volver

a esa realidad

donde vivían en su tierra,

entre su gente,

alimentándose de su cultura,

de sus raíces,

de sus anhelos y de sus problemas.


Si el mundo se endurece

ante sus propios problemas,

una gran dosis de inmoralidad

invade sus acciones

e inacciones. 


jueves, 10 de septiembre de 2020

Mis semillas

                                                                                     Sembrad varias semillas de la misma especie vegetal

en terreros y climas distintos;

dejadlas que germinen, crezcan, fructifiquen

y se reproduzcan indefinidamente,

cada cual en  un distinto suelo: cada una se adaptará

a su terreno propio, y tendréis así

diversas variedades de la misma especie, tanto más diversas

cuanto diferentes sean entre sí

las condiciones de cada clima.

Hippolyte Taine

Con el tiempo descubro,

que he sido un sembrador,

con el corazón y la vida 

de estos hijos míos.


Diseñamos y dimos forma,

a una semilla.

Cada una llegó 

en distinta estación,

en distinto clima,

en distinta condición.


Cada semilla creció,

a pesar de su origen común,

con su propia forma,

con su propia altura,

con su propio color.


Las semillas dieron paso,

a hermosos árboles,

y cuando menos lo pensamos,

esos árboles, 

ya no éramos nosotros.


Esos árboles,

hoy tienen su propio espacio,

su propia vida.

Hoy esos árboles,

reciben su propia luz,

su propia luna, su propia agua.


A veces quisiéramos,

en un arrebato de locura,

que esas semillas,

no se vayan nunca,

que no sean árboles...

pero descubres que a tí,

te pasó lo mismo,

y que lo que hicieron por ti,

como semilla en su tiempo,

te ha permitido ser feliz,

y seguir sembrando.

Llevo mis semillas

aquí en el corazón,

y me alegro de ver

lo que ahora son.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Sabiduría, alegría y confianza

                                                                                                                            

La salud es la mayor posesión.

La alegría es el mayor tesoro.

La confianza es el mayor amigo.

Lao Tzu

La búsqueda de posesiones,

materiales y terrenales,

nos lleva muchas veces,

a olvidar el verdadero significado

de otras posesiones,

que son, por decirlo de alguna forma, vitales.


Si esa búsqueda 

es desmedida e ignorante,

nos llevará solamente

a tener por tener,

a tener más que otros,

y a tener, por cualquier medio.

Entonces el corazón y el alma,

se secarán poco a poco.


Debemos reorientar,

u orientar simplemente,

a cuidar la salud,

como la mayor posesión,

que tenemos ante nuestros ojos.

La salud del cuerpo,

la salud de la mente

y la salud del corazón.

Es un ejercicio diario,

un estado de conciencia permanente,

un alimentar el auto estima,

un auto cuidado constante.


Eso debe acompañarse con alegría,

es decir, con ánimo, optimismo,

con un levantarse ante las caídas.

Esto de la alegría es un tesoro,

porque es algo así como alquimia:

cómo transformar los momentos complejos,

las situaciones difíciles,

los sentimientos negativos,

en energía para construir,

para dejar de lado los resentimientos,

las quejas y los “no puedo”,

por el “vamos a intentarlo

una y otra vez”.

La alegría es un tesoro,

porque nos recuerda,

que las cosas hermosas de la vida,

están más cerca de lo que pensamos,

y que la alegría,

será parte de nuestra buena salud.

No quiere decir reír siempre,

sino, no olvidar reír y sonreír,

y sentir los momentos  hermosos de la vida.


Finalmente,

y no porque no haya más.

Hay mucho por descubrir,

pero por ahora,

diremos que ese camino

nos debe permitir

tallar, pulir y dar forma

a una gran amiga y compañera:

la confianza.


Sabernos imperfectos

y por tanto, 

saber de la imperfección de nuestros actos

no puede limitar jamás,

la confianza del hacer.

la confianza del construir,

la confianza de caminar.

Confianza traducida,

sobre todo en: creer en nosotros,

en no olvidarnos de cuidarnos,

de sentir alegría 

y de vivir cada segundo,

como el mejor segundo de nuestras vidas.

No son bonitas palabras,

porque si las vemos así,

estaremos lejos

de hacerlas verdad.


Si las vemos como posibles, 

como reales,

como retos y una fórmula de vida,

ya estamos en el camino,

haciendo frente 

a lo que el camino ponga,

porque no estamos solos,

porque nuestro corazón

estará sano, alegre y confiado.