jueves, 17 de septiembre de 2020

Forjando la paz juntos

                                                                                                    La paz no puede mantenerse por la fuerza.

Solamente puede alcanzarse por medio del entendimiento.

Albert Einstein


Siempre es tiempo,

de hablar de paz.

De pensar,

de trabajar 

y entender la paz.


Es un ejercicio colectivo,

que nos debe llevar 

a pensarnos como iguales,

como humanos,

como dignos de una vida digna.


Un ejercicio colectivo,

que nos debe llevar,

a pensarnos y comprendernos

como diversos,

multicolores, 

herederos de una historia,

de una cultura,

de unas costumbres 

y de una forma particular

de ver el mundo

y todos sus fenómenos. 


La paz es una invitación

que no caduca.

una puerta abierta,

sin horario para el diálogo,

y sobre todo la acción.


La paz,

es también 

la piedra en el zapato

del opresor, del dictador,

del abusador, del corrupto,

del asesino, del acosador,

del que lucra con la violencia.


La paz

no admite “medias tintas”,

ni discursos engañosos

que se basan en mentiras 

disfrazadas de verdades.


La paz se nutre,

de la unión de nuestros corazones,

del resultado de nuestras acciones,

de nuestro renunciamiento

a una falsa comodidad,

y de nuestra acción desinteresada

de todos para todos. 


No busquemos lejos,

ejemplos de construcción de paz,

los encontramos muy cerca:

en los hogares de acogida

de mujeres y niños violentados,

en los hogares de cuidado

de niños abandonados,

en los espacios donde se sirve,

sin ningún pago,

un plato de comida caliente.

en los espacios donde se cuida,

sin interés alguno

a los animales abandonados.

En los grupos humanos,

que socorren a los inmigrantes,

a los abandonados,

a los enfermos, desahuciados, o a los necesitados.


La paz vive,

en un espacio de respeto,

aunque esté lleno de conflictos,

pero sobre todo

de respeto a la dignidad humana.


No se construye sola,

no se sostiene sola,

la paz se forja juntos,

y se proyecta en unión

de unos con otros,

conocidos y desconocidos,

afines o no,

en ideología o religión,

pero juntos.


Quizá uno de los regalos

que podamos hacer a la paz,

sea el dejar de pensar

que nos la regala el político de turno,

o el político en el poder,

que nos impone “su paz”,

porque sabe

que no hemos llegado, hasta ahora, a entenderla.


No hay caminos para la paz,

la paz es el camino (Gandhi).


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