jueves, 29 de septiembre de 2022

Los fanáticos de la destrucción


¿qué diferencia hay para los muertos, los huérfanos y los refugiados que la loca destrucción venga bajo el nombre del totalitarismo o el sagrado nombre de la libertad y la democracia?

Gandhi

Lo que en sus manos cae,

lo destruyen, lo cambian, lo acaban,

lo modifican en beneficio propio,

y lo venden como (supuesto) beneficio colectivo.


Ellos son,

los fanáticos de la destrucción,

que han hecho del oficio

su forma de vida,

su garantía de enriquecimiento,

su pasaporte a la diversión

sin importar las lágrimas

y el sufrimiento de miles,

que siendo víctimas

aún creen que esos fanáticos

serán a la vez sus salvadores.


Han destruido la magistratura

de lo que significa el servicio público.

Y no solamente eso,

con la destrucción de ese concepto,

asumieron e hicieron  creer

que recibir el encargo del poder

les permite hacer lo que les de la gana.


Han destruido el sentido

de la dignidad y el servicio,

y el enorme significado que conlleva

recibir dinero de todos

para trabajar por el cuidado de todos.

Al contrario,

se lo gastan en los lujos de pocos,

de unos pocos mafiosos y desgraciados,

que impiden que haya medicinas,

médicos, centros de salud

y dinero para garantizar

el digno retiro de aquellos

que han ahorrado para tener

una digna vejez.


Destruyeron también

aquella institución

que se encargaba de elaborar 

diversas normativas

que buscaban cuidar 

a la persona humana,

a su entorno, a su cultura,

a su ambiente… a su historia.

Y que también velaba

porque las cuentas estén claras

en cada uno de los encargos

que los gobiernos recibían

cuando los elegían.

Hoy esa institución no existe,

lo que queda de ella

son oficinas, edificios,

nóminas interminables,

presupuestos infinitos

y discursos vacíos y nefastos

que permiten que la destrucción siga

bajo el sagrado nombre 

de lo que ellos renombraron 

como libertad y democracia.


Destruyeron el sentido del bien común,

destruyeron aquellas instituciones

que se crearon para protegernos a todos.

Las transformaron en espacios

de servilismo y pompa vacía.

Destruyeron las fuerzas del orden,

y las convirtieron en fuerzas del desorden.


Destruyeron los valores, el sentido común,

la confianza, las buenas costumbres, las buenas formas

y las buenas acciones. 


Destruyeron al elector

y lo convirtieron en el camino perfecto

para manipular y desinformar,

porque descubrieron que aquel elector

quería cambiar el mundo,

pero no estaba dispuesto, para nada,

a cambiar él mismo.



martes, 27 de septiembre de 2022

Yo sueño

Yo sueño en ti en el día,

soñando el diario encuentro.

Yo sueño en ti al mediodía,

viviendo juntos el momento.

Yo sueño en ti en la tarde,

porque es la forma de aliviar mis pesares.

Yo sueño en ti en la noche,

para que el frío se vaya,

para calmar mi viaje.


Yo sueño contigo siempre,

sabiéndote aquí, siempre.

Yo sueño contigo porque eres

el mejor sueño, el sueño más bonito.


Yo sueño,

a tu lado... (no puedo hacer otra cosa)

y hacer realidad,

eso que soñamos juntos. 


jueves, 22 de septiembre de 2022

El deber

Uno no cumple con su deber para que alguien le dé las gracias; lo cumple por principio, por sí mismo, por su propia dignidad

Oriana Fallaci "Un hombre" (1979)

¿Qué le pasa a una sociedad,

cuando sus instituciones 

no cumplen con su deber?


¿Qué le pasa a una organización,

cuando sus líderes

y sus integrantes

no cumplen con su deber?


¿Habrán olvidado el valor del deber,

lo habrán degradado a nivel de obligación?

O, quizá menos

¿habrán reducido al deber

a una imagen que está llena de todo,

menos de compromiso, entrega, 

amor, dedicación y renunciamiento?


Los cuerpos de seguridad,

¿habrán olvidado el sentido del deber?.

¿Se entregarían a sus propios orgullos,

a sus códigos irracionales,

a sus ceremonias pomposas,

al brillo externo de sus medallas

y a la venta de sus conciencias?


Los sistemas de justicia,

¿habrán olvidado su deber?

La norma ¿imperará a pesar

de que haga daño a la persona humana?.

La ley ¿se impondrá a la razón,

a la realidad y a la humanidad?.


Los sistemas de salud,

¿habrán olvidaron su deber?

¿Olvidarían que son de y para

las personas, 

independientemente de su condición,

de su origen, de su ubicación?.


Los gobiernos,

¿olvidarían su deber?

Ebrios de poder,

¿solamente buscarían quedarse en él

y para ello elaborarán 

todo tipo de maniobras

que les permita, una y otra vez,

servirse del poder

y empobrecer el bolsillo

y la mente de sus electores?.


Los sistemas educativos,

¿olvidarían su deber,

y gastarían su tiempo,

una y otra vez,

en planificar, re planificar,

nombrar y re nombrar

prácticas pedagógicas,

lejanas a todo sentido común

y reñidas con la innovación?.


Las personas,

¿olvidarían su deber,

y descuidarán a sus mayores,

dejarán solos a sus menores

y preferirán vivir

sin la necesidad de implicarse

para cambiar la realidad?.


Espero que esto que pregunto,

no pase nunca jamás…

en tu país o en tu sociedad.

No podemos dejar que pase,

debemos entender la fuerza

que tiene el deber,

como vocación y no como obligación.


martes, 20 de septiembre de 2022

Mientras

Mientras escribo, pienso.

Mientras te pienso, siento.

Mientras te siento, recuerdo.

Mientras te recuerdo, deseo.

Mientras te deseo, revivo.

Mientras revivo, respiro.

Mientras respiro, vivo.

Mientras vivo, te amo.

Mientras te amo, te necesito,

Mientras te necesito, te admiro.

Mientras te admiro, te agradezco,

el honor de permitirme

caminar de tu mano,

caminar a tu lado. 


viernes, 16 de septiembre de 2022

No quiero

No quiero solamente un beso,

quiero entrar en ti

con un profundo beso sin final.


No quiero solamente un beso,

quiero estar en ti

en tu lengua y en tus labios.


No quiero solamente un beso,

como una formalidad

como una costumbre

como algo que debe pasar.


Yo quiero de ti

ese beso que me adentra

en lo más profundo de tu ser

y no salir jamás,

ni siquiera para respirar.




jueves, 15 de septiembre de 2022

Sobre el hogar


Hogar es donde habita el corazón

Plinio El Joven

Hay muchos esfuerzos 

para lograr que las personas

cuenten con vivienda propia.

Uno de los anhelos

del ser humano

en su paso por la tierra

es construir o comprar

su propia casa: grande, pequeña,

básica o compleja,

sencilla u opulenta.


Algunos lo logran,

otros lo intentan siempre,

y otros más no lo consiguen,

la casa de los sueños,

la casa de los tiempos,

la casa de los espíritus.

Pero,

no toda casa es un hogar,

por más costosa que sea,

por más humilde que parezca,

el techo y las paredes

son una parte

de lo que podría ser un hogar.


El hogar es sinónimo

de la más profunda

y personal intimidad

entre el ser y su corazón,

entre los seres y sus corazones.


El hogar es luz que ilumina,

oscuridad que calma,

espacio de descanso,

encuentro de los cuerpos,

de manos y  brazos.


El hogar es construcción,

sin pausa,

de aquello que nos alimenta,

que nos llena, que nos motiva.

El hogar es mi felicidad sincera,

mi diálogo íntimo,

la caja fuerte de mis miedos,

la colección de mis alegrías.


Mi hogar es mi testimonio de vida,

mi hogar es mi mundo.

Mi hogar es aquello,

por lo que vale la pena

vivir la vida sin sentir,

que se pierde la vida 

mientras se sobrevive, día a día.


jueves, 8 de septiembre de 2022

Los tiempos de la vida

 

En tres tiempos se divide la vida:

en el presente, pasado y futuro. De éstos,

el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto

Séneca 

Mientras escribo estas letras,

mientras el pensamiento fluye,

mientras las ideas viajan

 por las venas del espíritu,

este presente que nació en la mañana,

ha dejado de ser tal,

y se convierte en parte de un pasado,

de aquel pasado, que se alimenta

de presente que ha terminado.


Mientras escribo estas letras

y mientras el tiempo pasa,

imagino el futuro,

ese que sucederá en minutos,

en horas, en días, en años:

“Cuando tenga esa edad…

me dedicaré a eso que me gusta.

Cuando tenga esa edad,

recuperaré el tiempo perdido,

lo que se quiso y no se pudo”

Alimentando el futuro

de anhelos, de momentos,

que no sabemos si pasarán,

que no sabemos si sucederán.


Los tiempos de la vida,

a más de conjugaciones verbales,

son una mezcla de encuentros,

de momentos y complicidades. 


Los tiempos de la vida,

son para unos: solamente pasado,

para otros un presente ausente

y para unos más, un futuro muerto.


Los tiempos de la vida,

podrían ser también

pasado que vivido,

deja huella y enseñanzas,

presente que duele vivirse

más allá de las alegrías que regala

y futuro que invita

a mantenerse vivo

para poder verlo,

así sea un momento.


Y, en medio de ellos: tú,

¿cómo lo viviste?,

¿cómo lo vives?…

¿cómo lo vivirás?


miércoles, 7 de septiembre de 2022

Y entonces…

Y entonces,

pasan las horas

y las risas se apagan,

porque la gente se va,

y volverá mañana.


Y entonces,

cuando todo es silencio,

en la oscuridad de la noche,

empieza la fiesta

de los espíritus dormidos.


Y entonces,

la fiesta continua 

una y otra vez,

mientras la gente cree

que aquellos espíritus duermen,

como si fueran humanos.

Brisa

Brisa marina,

viento en las copas

de unos viejos árboles

que acompañan en silencio

la tertulia y risas

de quienes, al final del día,

le dicen adiós a lo que no importa

y amor, a lo que de verdad,

vale la pena.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Y, si nos ayudáramos (unos a otros)


Ser libre no es meramente soltarse las cadenas, sino vivir de una manera en la que se respete y se amplíe la libertad de los otros

Nelson Mandela

Parecería que asistimos,

a la agonía de la solidaridad,

cuando unos pocos,

se llenan los bolsillos

sin importar ni el hambre,

el sufrimiento y la agonía

que sufren muchos,

por todo lado,

en todo momento.


Carentes de conciencia,

de entrega, de estudio,

de desprendimiento, de humildad.

de crítica constructiva,

de esperanza

y de muchas cosas más,

asistimos -forzados-

a tomar posición antes unos desgraciados

que sentados en el sillón del poder

hacen y deshacen,

desde siempre…

desde el ayer.


No nos dejan pensar,

y nos distraen

con discusiones intrascendentes

cuando frente a nuestros ojos

las realidades no cambian,

en muchos casos empeoran

y no es posible desear

en que las cosas puedan mejorar,

en medio de un sistema

que parecería diseñado

para estrangular

sin llegar a matar.


En medio de tanto pesar,

y no quiero ser pesimista,

-no lo soy en realidad-

encuentro realidades

que han logrado cambiar,

aquello que parecería ser imposible.


Una ciudad, por ejemplo,

que llegó a ser la más peligrosa del mundo,

y que se convierte poco a poco

en una ciudad de la esperanza,

de las oportunidades, 

una ciudad del futuro.


No es un tránsito fácil,

ni es la obra de un caudillo,

o de un partido político,

de la tendencia que sea.

No es un acto de magia,

no es algo que ocurre 

de la noche a la mañana,

es un proceso, 

una decisión acompañada

de la suma de liderazgos,

de ideas, de voluntades,

de acciones, de implicaciones,

de acuerdos y renunciamientos.


Transformar a las personas,

transformar a las sociedades,

transformas las realidades,

nos implica a todos,

nos compromete, 

nos obliga a levantarnos del asiento

y actuar en beneficio de los demás.


Es preguntarnos, ¿qué podría pasar

si nos unimos, si colaboramos,

si nos implicamos y renunciamos

a los egos individuales y colectivos?

y de una buena vez construimos,

algo para todos,

algo digno para todos.


Aquella celebración

de una supuesta libertad,

será cierta si, y solamente si,

construyamos esa sociedad,

que respetando la diversidad

y las diversas realidades

se plantea metas colectivas

y aporta desde sus espacios

a construir una historia de verdad.


Si continuamos

jugando el perverso juego

al que nos llevan los fracasados liderazgos,

perderemos la oportunidad de ser

más dignos y más humanos,

más libres y más corresponsables.