viernes, 27 de abril de 2018

Sobre los malos ejemplos

“Los ancianos se complacen en dar buenos consejos, porque así se consuelan de no encontrarse ya en situación de dar malos ejemplos.” 
Francois de la Rochefoucauld 

     
Una noticia de ayer,
recoge  el testimonio
de unos niños de la frontera,
que dicen con inocencia,
que ellos quieren ser,
cómo el asesino cruel,
que secuestró y mató, 
a inocentes periodistas,
que buscaban saber
lo que pasaba en el lugar aquel.

Los niños dicen,
que quisieran ser como el asesino,
no porque mata,
sino porque tiene mucha plata,
pues la casa que tiene en el pueblo,
es la más grande y mejor,
con lujos y detalles,
que no tienen la casa de sus padres.

En una frontera olvidada,
en una frontera abandonada,
a la suerte de los ciudadanos,
los niños crecen,
con el ejemplo que les rodea:
soledad, pobreza y delincuencia.

Aquellos terroristas,
que desde muy jóvenes,
se convierten en policías y protectores,
de maleantes y narcotraficantes,
son el ejemplo a seguir,
para conseguir “algo en la vida”.

Mientras los políticos en el poder,
gastan su tiempo,
y lo que es peor,
nuestro tiempo,
en reuniones y en declaraciones,
sin sentido ni contenido,
porque al final,
nada honesto harán,
por mejorar las condiciones,
y las oportunidades,
de nuestras comunidades,
en la zona de frontera.

Malos ejemplos,
es tiempo de malos ejemplos,
cómo aquel que ha robado a manos llenas,
y no se lo puede juzgar,
porque dicen que no hay pruebas,
ni cuentas por cobrar.

Mal ejemplo el del legislador,
que desconoce la voluntad popular,
y decide proteger y apoyar,
a cualquier representante de la impunidad.

Mal ejemplo el del juez,
que resuelve sentenciar,
por un delito menor,
al político corrupto y mordaz.

Mal ejemplo el del ministro,
que en lugar de trabajar,
decide gastar el dinero público,
en su beneficio personal.

Mal ejemplo el del maestro,
que llega tarde a su clase,
y que pretende imponer su discurso,
a base de gritos e insultos.

Mal ejemplo el del conductor,
que irrespeta la ley y al peatón,
creyéndose dueño de la razón
de la vía y de la conducción.

En fin...
muchos malos ejemplos,
demasiados quizá,
que nuestros niños miran cada día.
Sino enseñamos con acciones,
las verdad y las buenas costumbres,
con hechos concretos y verdaderos,
no esperemos que el futuro de la patria,
siga el buen ejemplo en palabras,

por más bonitas que estás sean.

jueves, 19 de abril de 2018

Sobre mafias y gánsteres


“¿Cuál es la diferencia, me pregunto yo, entre un país que encierra en la cárcel a unas cuantas personas de más y un país que deja en libertad a sus gángsters?”
John Le Carré

Con el corazón dolido,
con la impotencia del desvalido,
asisto a la muerte de hermanos,
que han sido asesinados
por narcotraficantes desgraciados.

Muchos gritan y piden,
la cabeza del mafioso de turno,
del asesino confeso
que dice tener el poder
para quitar la vida
o venderla por el simple hecho
de hacernos creer
que la droga y el dinero hacen un dios de él.

Muchos quisiéramos creer,
que muerto el asesino,
se acaba la violencia,
pero el asunto no es tan sencillo,
bajo la superficie de la política,
tras el telón del poder,
durante muchos años,
gracias a la impunidad que otorga
la compra de conciencias,
el soborno,
la extorsión, el robo,
y la institucionalización de la mafia,
el país es víctima de un asalto,
a su seguridad, a su presente y futuro.

Las mafias,
son como un cáncer,
contaminan poco a poco,
los corazones de personas
que creen que tienen poco,
que creen necesitar más,
y reducen la vida al dinero
y a lo que compran con ello.

Las mafias corrompen,
compran voluntades,
compran conciencias,
compran autoridades,
de todo nivel y jerarquía:
presidentes, ministros,
jueces y fiscales;
tramitadores, peritos,
testigos, policías y militares.
Todos tienen precio,
a todos les pagan,
con dinero y amenazas
para poder traficar y vender,
personas, drogas y armas.

Los gánsteres,
ya no están ocultos en las sombras,
se cubren con un manto de impunidad,
se cubren con la ignorancia de un electorado,
que pierde el tiempo discutiendo sin sentido,
cosas que no tienen sentido,
cuando las mafias se llevan
el dinero del estado,
sin que nadie caiga en cuenta,
sin que nadie los detenga.

Me atrevo a creer entonces,
que no nos enfrentamos a una guerra cualquiera,
pues las mafias y los gánsteres,
están dentro de nuestras fronteras,
se encuentran en el poder,
en los poderes del estado,
es las fuerzas de seguridad,
incluso controlando
algunos medios de comunicación,
esperando sembrar duda, miedo y terror,
para gobernar en el caos.

Esas mafias,
también están fuera,
y tienen dinero y poder,
que no quieren dejar de tener jamás,
al precio que sea,
a costa de las vidas que hagan falta.

Nos queda trabajar,
educar y estar unidos,
entre los ciudadanos que queremos,
un presente y un futuro,
con esperanza y dignidad.

Necesitamos empezar a creer,
que somos nosotros
los que podemos enfrentar el mal,
trabajando, moldeando y dando forma,
a un gobierno, a un estado
y a unas instituciones estatales,
que deben estar al servicio
de los derechos elementales
y no al interés de unas mafias
y de unos  gánsteres indeseables.


jueves, 12 de abril de 2018

Víctimas (de una guerra ajena)


“La guerra es el hambre, la peste, el robo, el asesinato, el sacrificio, el olvido de todos los deberes, la violación de todos los derechos, la destrucción erigida en arte, el imperio de la fuerza, el verdugo de la ley, el escarnio del dolor ; una cosa ciega como la materia, feroz como un tigre, todos los malos instintos tomando consejo de la ira, las pasiones sin freno, la desolación sin límites, la perversidad sin castigo, y el crimen sin remordimiento. ¡Ésa es la guerra!”
Concepción Arenal

Salieron ese día,
a realizar su trabajo,
salieron a buscar una noticia,
salieron pensando el volver,
en regresar a casa,
en seguir la vida,
con las penas y alegrías,
que tiene el vivir.

Salieron,
sin saber que serían víctimas,
de una guerra ajena,
de unas condiciones de inseguridad,
producto de la irresponsabilidad
de una clase política
que ha pensado siempre
en llenarse los bolsillos de plata,
de robar a manos llenas,
de mentir cada vez que abren la boca,
de reírse de la desgracia ajena,
de inventar dioses de barro,
de escribir una historia
plagada de mentiras.

Esa es la clase política,
que generó tal estado de inseguridad,
tal estado de impotencia,
que las llamadas fuerzas del orden,
y la diplomacia estatal,
no han podido reaccionar,
ante el crimen organizado,
antes las mafias de la guerra y la droga.

Víctimas,
eso tenemos hoy,
compatriotas asesinados,
por manos terroristas,
que los secuestraron y asesinaron,
ante el silencio de unos gobiernos,
que han desamparado a sus ciudadanos.

Mientras se detienen en las fronteras,
a ciudadanos comunes y corrientes,
los delincuentes y terroristas,
deambulan por nuestros países,
traficando armas, personas y drogas,
imponiendo un estado de terror,
ante la impotencia ciudadana,
que mira que los cuerpos de seguridad,
no cuentan ni con la preparación,
ni la tecnología, ni la capacidad,
para poder enfrentar a un mal,
que nos está haciendo mucho daño.

Víctimas,
eso tenemos hoy.
Víctimas de una política de estado,
que privilegió malgastar el dinero,
en instituciones de espionaje y amedrentamiento,
de ciudadanos honrados y honestos,
que denunciaban y denuncia la corrupción y la delincuencia.
En lugar de invertir,
en seguridad,
en un estado de bienestar,
que brinde protección, auxilio y cuidado.

Víctimas,
eso tenemos hoy,
victimas de un estado de inseguridad,
cuyos políticos en el poder,
prefirieron llevarse el dinero,
sin importar el presente y el futuro,
de aquellos que les creyeron,
de aquellos que los eligieron,
y de todos lo demás,
que sin votar por ellos,
tenían y tienen el derecho
de ser gobernados por políticos honestos,
y no por delincuentes de cuello blanco,
de manos sucias,
de corazones podridos
y de mentes criminales.

No podemos callar,
ante el crimen organizado,
ante las víctimas de una guerra ajena.
Debemos levantar la voz,
pedir que se vayan los incompetentes,
y que regrese de una buena vez,
el sentido común, la honestidad
y las buenas costumbres,
porque ante la delincuencia,
debemos estar juntos,
debemos estar unidos,
y exigir a los gobernantes,
seriedad, profesionalismo y fuerza,
para enfrentar una guerra,
que no es nuestra,
que la heredamos de la política corrupta,
que nos hizo y hace creer,
que han trabajado por nosotros,
cuando la realidad nos dice,
que trabajaron para su propio beneficio,
para su propio enriquecimiento ilícito.

viernes, 6 de abril de 2018

El Viajero ( A Pepe Beltrán... mi amado padre)

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
Antonio Machado 



Es el viaje final,
de lo terrenal a lo celestial,
es el fin de un ciclo,
es un terminar,
para empezar otro camino.

Eres el viajero,
todos los somos,
pero esta vez,
te tocó a ti.

Es dura la preparación,
y amarga la espera,
cuando el viajero alista su maleta.

Te miro y siento que
aunque siempre pudiste hacer algo más,
lo diste todo,
en todo momento.

Te miro y siento,
que te duele viajar solo,
que no quisieras dejarnos nunca,
y más a ella,
a tu esposa: belleza amada.

Estás listo viajero de mi alma,
estás listo viajero de mi corazón.
No lo niego,
me quedo triste,
me quedo dolido,
me quedo casi muerto,
pero entiendo...
es tu camino,
y confío en que el tiempo,
adormezca el dolor,
y lo haga llevadero.

Me queda en la boca,
en el corazón y en la vida,
lo que compartimos,
lo que vivimos,
lo que sentimos y dijimos.

Me queda lo bueno,
viajero mío,
me quedas tu,
como inspiración y ejemplo.

Ya me contaras tu viaje,
y seguramente ya te contaré el mío.
Hasta que eso pase,
viaja tranquilo,
aquí cuidaremos de tu amada.