jueves, 25 de agosto de 2022

Gente mucha…


Gente mucha, personas pocas

Diógenes El Cínico

La vida nos presenta

un sinnúmero de momentos,

retos, sucesos y oportunidades.


La vida nos entrega

entre sus días y noches,

minutos para pensar,

meditar y actuar.

Minutos para despertar,

caminar y descansar.


La vida se presenta,

con diversas caras,

colores, temperaturas e intensidades.


Esa vida, 

compuesta de tanta gente,

que va y viene,

que nace, crece y muere,

o que nace, vegeta y muere,

o que nace, da lo mejor de si

y muere pensando que pudo hacerlo mejor,

o que nace, hace el mayor daño posible,

roba, mata, manipula, miente y roba

y muere, al final como todos.

Mucha gente,

por todos lados,

en todos los formatos.


Lo importante 

es que esa gente

sea y se sienta persona,

que no sea un número más,

un cuerpo de alquiler,

una mente muerta,

una dignidad perdida,

una ilusión asesinada,

una voluntad manipulada,

una reflexión sin cuestionamientos,

un día a día sin merecimientos,

un dejar hacer y dejar pasar.


Siento que,

mientras haya más gente que personas,

los males de la vida,

seguirán y aumentarán.


Crecerán los populistas

y terroristas de la política,

vendiendo eternas mentiras.


Crecerán las mafias,

que contaminan y matan

la vida y las sociedades.


Con más gente

y menos personas,

seguiremos pensando

que este mundo no da más,

que nada sirve o vale

para cambiar una realidad

que nos hace daño.


Con más personas,

podremos apoyar a la gente,

en su ciego caminar,

hasta que al fin puedan

desatar, aquella venda que llevan en sus ojos,

sin haberlo sabido.



jueves, 18 de agosto de 2022

Da igual…


¿Cree usted que hay alguna distinción entre la ignorancia y la indiferencia?

- Ni lo sé, ni me importa

Saúl Bellow

Da igual,

si hay una señal de tránsito,

si al final 

todos la irrespetan,

nadie le hace caso

y por último,

si alguna autoridad te detiene

la sobornas y listo.


Da igual,

que hayan sencillas pero profundas

normas de convivencia y respeto,

si al final, nadie hace caso,

y los que se quejan

o están viejos, atrasados o amargados.

Disfruto de la vida,

sin importarme nada,

siempre y cuando,

a mi no me afecte.


Da igual,

que haya una autoridad

o alguien responsable de algo,

nosotros opinamos 

cómo deberían hacerse las cosas,

mas allá de las realidades.

Como no rendimos cuentas,

como no somos los responsables,

opinamos lo que nos da la gana.


Da igual,

hablar mal del alguien,

hablar a sus espaldas,

si al final todo el mundo lo hace,

si es cierto, que pague por ello,

y si no, bueno… todo el mundo lo hace.


Da igual,

si engaño a unos ignorantes

para obtener sus votos,

si al final, esos mismos ignorantes

me ayudarán con su indiferencia

a permitirme estar en el poder

toda una vida.


Da igual robar

y estafar a la gente,

en el momento en que 

el destino así se presente,

si no lo hago yo,

lo harán otros

y no quiero pasar la vida

como “un pendejo más”.

Prefiero ser ladrón,

a un tonto que jamás robó.


Da igual, 

si dicen que te debes preparar

para obtener un lugar

o un puesto en algún trabajo,

si al final engañando

y dorando la píldora al jefe de turno

puedes obtener lo que te de la gana.


Da igual el mundo,

si vive o muere,

si es alegre o triste,

si hay un futuro o no,

mientras yo esté bien,

mientras lucre o progrese,

a cualquier costo,

esta vida tendrá sentido.


Da igual si mañana,

un iluso nos dice,

que el cambio opera

con transparencia, esfuerzo,

dedicación, solidaridad y humanismo,

esas son palabras,

la gente creerá siempre

a aquel que la engaña

y le promete gratis

un futuro sin mañana.



sábado, 13 de agosto de 2022

Atardecer

Cae el sol con la tarde,

y la luna espera su turno

para poder estar,

para alumbrar una noche

cargada de sueños y de horas

que no tienen final.


Cae el sol con la tarde.

calentando las horas del día,

iluminando las horas de paz. 


Que el sol caliente el camino,

que la luna ilumine el destino,

que los besos se mezclen con vino

que los abrazos se llenen de lunas y sol.

jueves, 11 de agosto de 2022

Putrefacción

Nadie piensa, donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan

José Ingenieros

 (El hombre mediocre)

Busco palabras,

para describir el momento

que vive la Patria.


Busco razones,

busco causas,

busco en la historia reciente

el por qué de las cosas.


Al intentar describir

el momento en que vivimos,

abandonados a nuestra suerte,

sin garantía de servicios básicos,

llenos de obligaciones hacia el Estado

y llenos de abusos cometidos

por los impunes ante el poder

contra el mismo Estado,

no encuentro otra palabra

que no sea: putrefacción.


Está podrido,

todo lo que tenga que ver

con los procesos que conllevan

el uso de fondos públicos:

la compra de medicinas,

la compra de insumos,

los contratos públicos,

la alimentación escolar,

la administración de las cárceles,

el mantenimiento de carreteras,

la gestión parlamentaria,

la auditoría de cuentas

de los administradores de la cosa pública.


Deliberadamente

fueron debilitadas

las instituciones claves

que tiene que ver con seguridad,

justicia, control y estabilidad estatal.

Deliberadamente

se hizo creer que la seguridad social

le pertenece al gobierno de turno

y no a sus afiliados.


Deliberadamente

se allanó el camino

para que las mafias se tomen

el control de una parte de la justicia,

la policía y las fuerzas armadas.


De lo más grande,

a lo más pequeño.

Desde el administrador

de un gran presupuesto público,

hasta el administrador

de un sencillo presupuesto local,

en su gran mayoría

esa gestión se acompaña

de grandes dosis de corrupción.


Un Estado putrefacto y corrupto,

no es solamente aquel en el que roban

los funcionarios de turno.

Es putrefacto y corrupto,

el Estado en el que sus ciudadanos

no solamente permiten la corrupción,

si no que la promueven,

son parte de ella

y la justifican como necesaria

para la vida diaria.


Un Estado es putrefacto y corrupto,

cuando su clase política, 

de cualquier tendencia,

se activa para ganar elecciones

que les permita recuperar la inversión,

y no para construir una propuesta 

que permita cambiar la realidad de la nación,

para bien de todos, sin importar quienes son.



jueves, 4 de agosto de 2022

Sobre el ego


El canal se complace pensando que los ríos no existen sino para traerle agua

Rabindranath Tagore

Es casi imperceptible

el momento en el cual,

el autoestima deja de serlo

y se convierte en ego mortal.


Trabajar siempre el amor propio,

el autoestima, el quererse,

animarse, respetarse y protegerse,

es un ejercicio fundamental

que ayuda a la salud mental.


Sin compararnos con nadie,

sin envidiar lo que otros son,

sin presuponer felicidades

y también tristezas 

entre quienes nos rodean

o a quienes vemos, seguimos

admiramos y también rechazamos,

construimos día a día,

una vida personal y particular,

que depende o no

de lo que otros son

y de lo que queremos ser.


En ese caminar,

en ese complejo caminar,

llegamos a ser

la suma de errores y virtudes,

de aciertos y contraposiciones. 

Una mezcla de tal forma,

que es difícil describir

peor aún encasillar.


Espero que ese camino,

en esa mezcla de matices,

en esa suerte de felicitaciones

y a la vez reclamaciones,

se camine de buena fe.

Y con ello me refiero,

a que el poder, el éxito,

el logro, el triunfo, el reconocimiento,

el crecimiento, la proyección

y todo lo que tenga que ver

con la construcción

y consolidación de una vida

personal y profesional

se asuma con sencillez,

con humildad y con entereza.


Y, si el camino,

es una suma de retos,

entuertos, desaciertos,

dias negros, errores,

y malos momentos,

tengamos el suficiente tiempo

para entenderlos, procesarlos

y convertirlos en motor

que nos transporte

al lugar donde queremos llegar.


En lo agradable

o, en aquello que nos duele,

que el autoestima nos acompañe

y no el ego que nos haga creer

una especie de dios de barro

o parte de la comunidad de los desterrados.


Por desgracia el ego,

en estos tiempos acompaña

al liderazgo mediocre,

al triunfalismo de quien se cree

merecedor de todos los honores

pisando las cabezas 

de todos sus colaboradores.

O, de aquellos que

debiendo trabajar,

no lo hacen, porque les disgustan

las condiciones que deben enfrentar.

O, aquellos que esperan,

las gracias eternas

por aquello que hacen

en razón de que lo deben hacer.


Divididos

por el ego creciente,

dañamos el presente

hipotecamos el futuro de la gente

y soñamos con estatuas

que oculten a los vivos

lo que fuimos, antes de estar muertos.