jueves, 23 de mayo de 2013

¿Qué democracia quieres?


No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.
Henri-Frédéric Amiel

Hoy hace muchos años,
según cuenta la historia,
en un famoso lugar nacional,
se enfrentaban libertadores
contra opresores.
Aquellos que buscaban libertar,
y los otros,
que querían libertad,
pero para hacer lo que les daba la gana.

Cuenta también la historia,
que los libertadores triunfaron,
que liberaron del yugo conquistador,
a quienes necesitaban del libertad
para construir la nueva patria.

Después de tantos años,
esa lucha sigue igual,
quizá con diferencias,
porque las hay, y las debe de haber,
pero quizá,
con las mismas aspiraciones:
democracia y libertad,
igualdad y fraternidad,
justicia y equidad.

Son años,
de intentar construir
un concepto de democracia
que es a la vez,
un concepto de dignidad,
de compartir entre todos
los bueno y lo malo,
de entendernos y tolerarnos
en la diversidad de la cultura,
del pensamiento,
de las creencia,
de la práctica,
de la convivencia.

Son años,
y años y años,
en los que a pesar de la aspiración,
todo parece frustración,
porque los delegados para gobernar,
de a poco pierden dirección
y piensan que son divinidad.

Son años de mirar,
este modelo de democracia en particular,
donde pocos son los llamados,
y escasos los escogidos,
el resto,
lo que queda,
es lo que llaman pueblo,
o a los que tienes que gobernar.
Aquellos que olvidan
que el poder
no está en el cargo,
o en la dignidad temporal.
Olvidan que el poder
es una suma de la corresponsabilidad de todos,
del esfuerzo colectivo,
del pensamiento inclusivo.

Hoy,
que la historia recuerda
una gesta por la libertad.
Hoy,
que escucharemos palabras,
discursos, promesas… amenazas
por una patria mejor,
hoy es cuando menos seguro me encuentro,
de si este es el camino,
de si esta es la forma,
de si estos son los medios,
de si esto es democracia.

Hoy,
tras largos caminos
de la vida de la república,
tras recordar siempre
las batallas,
las guerras,
las discusiones por la libertad…
es cuando pienso que debemos
analizar si hay libertad sincera,
sin hay democracia plena,
sin hay distribución de la riqueza,
si hay corresponsabilidad ciudadana,
si esto es la voluntad de pueblo
o es cualquier cosa,
menos: democracia.

viernes, 17 de mayo de 2013

Nueva asamblea


No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.
Henri-Frédéric Amiel

En épocas de revolución,
se inaugura una nueva asamblea,
lista para legislar,
lista para cumplir su misión:
¿cuál es ella?... ¿la misión que cumplirá?.
La teoría dice que las asambleas,
los parlamentos,
son los espacios de representación del pueblo,
donde los legisladores,
o los asambleístas,
asisten por mandato de su pueblo,
para diseñar e implementar nuevas leyes,
para vigilar la labor del gobierno,
y de las instituciones de servicio público,
para debatir nuevas ideas,
o formas de organización del estado,
para institucionalizar un proyecto de país,
que va más allá del simple discurso,
del interés personal o de partido,
para preguntar al gobierno
cuando se debe preguntar;
para interpelar al gobierno,
cuando se debe interpelar.
Esta nueva asamblea,
es especial,
no necesita de votos extra,
no necesita de pactos,
no necesita de promesas
para poder gobernar.
Se basta sola,
porque está en mayoría absoluta,
porque así lo decidieron los electores.
Decidieron que una mayoría
legisle sin control alguno.
Decidieron entregar
total confianza,
poder total,
a los asambleístas.

Entonces,
no queda más que esperar,
escuchar, analizar,
valorar, pesar,
todo lo que la nueva asamblea haga,
con poder y mayoría totales.
Vendrán las leyes,
vendrán los disposiciones,
vendrán las actuaciones,
vendrán las verdades,
llegarán los momentos
en los que que el asambleísta
deberá actuar como tal,
y en ese momento,
en ese preciso momento
valoraremos si nuestro voto tiene peso,
tiene valides y respeto…
o fue solamente el momento,
aquel de campaña
para pedir el voto
y llegar al poder,
para servirse de él.

Una nueva asamblea
de mayoría absoluta,
yo diría de responsabilidad absoluta,
porque no habrá nadie
que frene sus actuaciones,
o quizá si:
la ética, las buenas costumbres,
la moral, el respeto, la tolerancia,
la libertad… ellos,
si los asambleístas los permiten,
serán el fundamento de sus actuaciones,
caso contario
tendremos entonces
solamente imposiciones,
y despropósitos por montones.

jueves, 9 de mayo de 2013

Sobre la prudencia


El hombre cauto jamás deplora el mal presente;
emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.
William Shakespeare

Cuánta prudencia hace falta,
hoy en nuestros días,
en nuestras autoridades,
en nuestros mandatarios,
en los propios electores,
en los ciudadanos.
Es como si de pronto,
ser prudentes sería malo,
una señal, una muestra de debilidad.

El político,
el hombre público,
ha dejado de ser prudente,
tanto en el actuar,
como en el hablar.
Cuida poco las formas,
cuida poco los modales,
importa una actitud impositiva,
una actitud temeraria.
Habla de libertad,
pero olvida qué es,
y por tanto la limita
o la extermina.
Decide que la libertad no es necesaria,
que es un sinsentido de la vida,
el político en el poder
decide poco a poco con el tiempo,
sin prudencia de ninguna clase,
lo que las personas deben hacer,
decir, actuar, callar… pensar.

Decide qué relaciones,
con quien debe llevarse el país
y con quién no,
no importa lo que piensen los electores.
Decide cómo tratar a los ciudadanos,
a los opositores y también a quien le sirve.

Sin la prudencia,
la clase en el poder,
puede llegar a tener
ideales adecuados,
pero es incapaz de vivir
de acuerdo a ellos
y por tanto,
los privilegios que ellos combatían
cuanto pedían el voto
son mayores,
son ilimitados,
son silenciosos,
son con el dinero de todos.

Sin prudencia,
olvidamos los argumentos,
para reflexionar y opinar,
para estudiar y hablar,
para razonar y actuar,
porque hemos olvidado,
que somos seres humanos,
con derechos y deberes.
Porque olvidamos también,
que no podemos seguir
el mal ejemplo del imprudente
y remedarlo a él
en sus faltas de prudencia,
es su equivocada manera de ser.

La falta de prudencia,
se produce por sobredosis de soberbia,
porque se creen
que nadie los puede juzgar,
criticar o cuestionar.
La falta de prudencia
en la vida política,
es resultado además,
del detrimento y descrédito
de aquello que algunos llaman valores
y no son otra cosa
que lo que necesitamos
para que nuestro espíritu viva,
para tener esperanza,
para trabajar por el prójimo,
para soñar en un mañana,
para olvidar las diferencias de clases,
y convivir en la diversidad.

La ausencia de prudencia,
provocará con el tiempo
que las bases
sobre las que se asienta el poder
se carcoman y hundan
porque no habrá nada
que pueda detener
lo que la prudencia
pudo proteger.

jueves, 2 de mayo de 2013

Libertad de prensa


La libertad de prensa, lo mismo que todas las libertades, tendrá sus inconvenientes, tendrá sus peligros; pero con todos ellos es preferible a la tranquila placidez del despotismo, como decía Tácito.
Jose Maria Vigil
Día de la libertad de prensa,
día en el cual,
opositores y defensores,
se enfrentarán nuevamente
en una lucha de ideas y acciones,
por una prensa libre,
o una prensa impuesta.

Las ideas en el papel,
las opiniones en el papel,
las noticias escritas,
la capacidad de escribirlas,
la manera de hacerlo
y la forma de organizarlas,
todo ello,
dio origen al concepto prensa.
Tras ello,
surge la forma y la manera
de regular su funcionamiento
su ética, su direccionamiento.

La prensa ha jugado,
y juega aún
un rol importante en la sociedad,
por su influencia,
por su capacidad de influir
en las mentes y corazones de sus lectores.

La prensa ha servido al poder,
al político de turno,
al empresario que la financia,
al pensador que la influye,
al delincuente que la presiona,
al ciudadano que le lee.
Es verdad,
ha pasado una serie
de situaciones complejas.

Si de libertades hablamos,
la prensa ha sido presa
de las ideas y las acciones.
Pero eso no es todo,
la prensa también
ha sabido enfrentar al corrupto,
al poder en todas sus formas,
ha sabido defender la libertad
o la lucha por la libertad de la humanidad.
La prensa ha hecho frente con palabras,
lo que otros dicen con violencia y balas.
La prensa se ha convertido,
en un actor fundamental
de las relaciones sociales
y del progreso de una sociedad.

Por ello,
mas que callarla,
mas que acosarla,
demandarla o enjuiciarla,
hay que ayudarla a cumplir su rol social.

Porque tan presa es la prensa,
que sirve al empresario deshonesto,
como aquella que sirve al poder
que la financia y atrapa sin miramiento.
Tan presa es la prensa que calla,
ante la injusticia,
aquella prensa que cambia
el sentido de los hechos,
de las palabras,
que destruye el honor
de las personas.

En este día,
más que ataques,
más que cuestionamientos,
más que amenazas
la prensa necesita
replantear sus horizontes,
volver al amor del principio,
para lo que nació,
al servicio de la verdad
y de toda la humanidad.

No es libre la prensa que
sirve a un señor,
es libre la que sin miramientos
camina siempre en pos de la verdad,
por más dolorosa que esta sea.

Por una prensa libre,
de ataduras e ideas extremas,
por una libertad de prensa,
que devuelva a la palabra
el poder para encontrar la verdad,
y defender la vida y la humanidad.