Los espejos se emplean para verse la cara;
el arte para verse el alma
George Bernard Shaw
Hace pocos días,
nos reuníamos nuevamente,
para disfrutar de la música,
del canto, del teatro,
y de la composición.
Hay una magia en el arte,
en las industrias creativas,
en la cosecha que llega
luego de una siembra espiritual.
No hay límites para la imaginación,
no hay límites para volar,
para visitar otros mundos,
para sentir ese alimento
que llega al corazón y al alma.
Necesitamos el arte,
como necesitamos el aire,
como necesitamos comer.
Necesitamos el arte,
porque es una forma
de conectarnos y ser humanos.
Es una forma de traer
el cielo a la tierra
y llevar la tierra al cielo.
A pesar de ser tan importante,
el arte, recibe poca ayuda,
poca atención y poca valoración.
Es verdad,
los aplausos y las felicitaciones llegan,
pero no llegan los apoyos necesarios
para que el arte tenga,
un asiento en primera fila.
Hay que invertir en el arte,
hay que educar en el arte,
hay que financiar el arte.
Debemos saber y entender,
que eso cuesta, que tiene un costo,
y que ese costo ayuda,
al artista a tener una vida digna,
ayuda a que todas las industrias,
emprendimientos y servicios
que tienen que ver con el arte,
crezcan fuertes y con calidad.
Como ese espejo
que nos permite ver el alma,
el arte es vital
y su mantenimiento
es responsabilidad de todos.
Educar en el arte,
es potenciar
lo mejor de nosotros.
Seamos artistas o no,
el arte es parte
y ha sido parte de la humanidad.
El arte o las artes,
son connaturales
con la vida misma
y con el desarrollo de una sociedad.
Necesitamos cultivar
y fomentar el arte.
Ello implica,
entre otras cosas,
invertir, promover,
financiar y pagar,
al artista, a los artistas,
a la industria creativa,
el justo precio de su trabajo.
Aquí tenemos un reto,
y un desafío:
ubicar al arte
en su verdadera dimensión
y arrimar el hombro,
para que llegue a todos,
como aquella vacuna
que esperamos cure a la humanidad
del virus maligno
que la encerró en su totalidad.