jueves, 26 de noviembre de 2020

Las pasiones


Las pasiones son como los vientos,

que son necesarios para dar movimiento a todo,

aunque a menudo sean causa de huracanes

Bernard Le Bouvier de Fontenelle

 

En estos días,

por razones varias,

las pasiones

han sido más visibles.

Se han expresado sin límites.


Y me pongo a pensar en ellas,

y me encuentro que tienen

muchos usos y muchos colores.


Las pasiones 

nos pueden llevar 

a una vida de entrega

por el bienestar de los demás.


Las pasiones 

nos pueden animar

a vivir una vida plena,

una vida sincera

una vida sencilla

y no por ello

una vida aburrida.


Las pasiones

pueden despertar en nosotros

la ilusión y el trabajo

por nuevos momentos

por nuevas ideas

por nuevos retos,

por nuevos proyectos

por nuevos desafíos.


Las pasiones

nos llevan a enamorarnos

de personas y momentos,

de ciudades, deportes,

hábitos, artes y colores. 


Las pasiones...

las pasiones también,

pueden llevarnos a otros puertos.

A lugares extraños,

a sentimientos extremos,

a odios, resentimientos,

violencias, daños y desenfrenos.


Las pasiones ciegan,

y ciegos nos guían

por el camino del sometimiento,

de la ignorancia, el miedo y la barbarie.


Las pasiones,

cuando se conjugan

con el poder total,

secan el corazón, el alma

y envenenan la razón.


Son un algo complejo,

hermosas como el viento

que hace navegar al velero.

Terribles como el huracán,

que acaba todo en un momento.

Inspiradoras como los frutos

que nacen de nuestras raíces.

Mortíferas como veneno 

que mata todo, lo que a su paso toca.


Allí están las pasiones,

para hacernos felices

o para mortificar nuestra vida.

Para hacernos seres humanos

o para hacernos humanos

que se mueven sin una vida. 


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