Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la
vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.
Agatha Christie
Cumplimos en la vida,
una serie de ciclos,
una serie de etapas
que se nutren,
para bien o para mal,
del entorno en que
vivimos,
de las costumbres que
aprendemos
de los ejemplos de
miramos
y de cómo creemos
entender
el mundo que
habitamos.
Ciclos pequeños,
ciclos medianos
y también ciclos
largos.
Ciclos tan pequeños,
que se producen
en un instante,
es un abrir y cerrar
de ojos,
Ciclos que son parte
de nuestra propia
biología,
de nuestra mente…
de nuestros sueños.
Hay otros ciclos,
un tanto más largos,
que ocupan unos días
o quizá meses de nuestra
vida,
donde hay un inicio
y hay un final,
donde la tarea
culmina,
donde la meta se
alcanza,
donde nos damos por
vencidos,
donde nos arrepentimos,
donde decidimos detenernos
y hacer algo
diferente.
Ciclos que cambian,
una parte de lo que
somos,
y muchas partes
de lo que queremos
ser.
Es una suerte
de ensayo y error.
Es una afirmación
y luego una negación.
Vivimos esos ciclos,
muchas veces,
sin darnos cuenta,
porque hay ciclos,
donde perdemos el
sentido,
donde perdemos el
rumbo,
donde nos dejamos llevar,
por el viento
y la marea de otros.
Y, hay ciclos más
largos,
complejos e intensos,
como la vida misma,
como la propia
existencia.
que es la suma
completa
de los aciertos y las
equivocaciones,
de la dualidad
perfecta,
y también de la imperfecta
verdad.
El ciclo de la vida,
es corto o largo,
como ella misma,
te enseña día a día,
el resultado del
camino
y aunque anticipa
algo,
deja muy poco a la
imaginación,
y también a la razón.
El ciclo de la vida,
es una suma de micro
ciclos,
que se van acumulando
con el paso de los días.
Si llegamos
a entender su dinámica,
quizá podamos vivir
intensos ciclos de
felicidad
que harán de
contrapeso,
a los oscuros ciclos
que toca caminar,
en esto que llamamos,
vida, esa calle de
sentido único.
Que el cierre de un
ciclo,
y el inicio de otro,
sea el momento
perfecto,
no para
recriminarnos,
sino para animarnos
a seguir haciendo
aquello que nos hace
bien
en cada uno de
nuestros ciclos.