viernes, 3 de octubre de 2025

Para después…

No dejes nada para después. Después, el café se enfría. Después, te da flojera. Después, el día se convierte en noche. Después, la gente crece. Después, la gente envejece. Después, la vida se va. Después, te arrepientes de no haber hecho algo... cuando tuviste la oportunidad

 Toshikazu Kawaguchi

Ten cuidado del “después”,

porque podría convertirse

en un nunca, 

en un eterno nunca.


Ese abrazo que dejamos para después,

ese perdón, esa decisión,

ese diálogo, esa reflexión,

ese empezar algo,

ese terminar algo,

ese pequeño cambio,

esa pequeña pausa,

ese hábito que necesita

empezar, para poderse formar,

no es para después,

porque una pequeña acción,

una pequeña decisión

marca el gran inicio

de un cambio,

de un hecho,

de algo que para nosotros

dejará de ser “nunca”,

porque vencimos el “después”.


Si nos llenamos de “después”,

aparcaremos la ilusión

de hacer las cosas

que dan vida al corazón,

dando paso a la tristeza

y a la melancolía de 

repetir una y otra vez,

¿por qué dejamos para después

aquello que pudo hacerse a tiempo?.


Dejé para después,

un abrazo

que ya no pude dar,

porque no se puede abrazar

al cuerpo que ya no está.


Dejé para después,

un diálogo necesario,

un desahogo,

un deseo, un te amo…

y después ya no fue.


Dejé para después,

empezar ese cambio,

dar el primer paso,

romper la barrera

del “no puedo”,

del “es imposible”,

del “no estoy listo”.


Dejé para después,

perdonar y perdonarme.

Dejé para después

pensar en mi y por mi,

aprenderme a valorar,

aprenderme a amar

y respetar lo que soy,

cultivar lo que soy,

y mejorar lo que soy.


Pero siempre podemos comenzar,

en este momento,

una y otra vez,

entender que podemos comenzar,

que podemos actuar,

que podemos hacer frente,

a ese después

que ha secuestrado y  secuestra,

la intención y la acción,

que marca el inicio,

el hoy, que se transformará

en un mañana, un mejor mañana

que no es fruto de un después.


No hay comentarios: