viernes, 10 de octubre de 2025

Vivir como hermanos

Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos

Martin Luther King


Más importante,

que aquella promesa 

de morir por alguien,

necesitamos

aprender a vivir,

a convivir con ese alguien,

y con muchos otros

conocidos, desconocidos,

cercanos o lejanos.


Por momentos siento,

que han muerto,

o que duermen profundamente

valores, costumbres buenas

y hábitos vitales para la paz.


Sociedades que sufren

un efecto de campo minado,

donde no se puede caminar,

sin estar expuesto a bombas 

de violencia, irrespeto,

inseguridad, desconfianza,

corrupción y caos.


Aquel sentido de dignidad humana,

es lejano y para otros: inexistente.

Preocupados por tener,

olvidamos compartir,

olvidamos al que no tiene,

olvidamos al que perdió,

olvidamos al que no tendrá.


Más allá de tener,

alimento para el cuerpo,

olvidamos compartir

ese alimento con otros.


Y ese alimento, 

o ese tener,

se puede leer

desde ópticas varias:

poder, ambición, control,

ignorancia, soberbia,

envidia, creencias,

dogmas… fundamentalismos.


Esto de vivir,

esto de convivir,

comporta el ejercicio

de sumar y no restar,

de multiplicar y no dividir.


Nos necesitamos juntos,

nos necesitamos tolerantes,

nos necesitamos inclusivos,

y también respetuosos,

considerados, prudentes,

y también alegres, felices,

soñadores, esperanzados,

confiados y comprometidos…

aunque todo ello hoy,

suene a “ilusión perdida”,

o a “imposible”, “innecesario”,

“absurdo” e “irreal”…

quizá porque se está enseñando,

o sembrando, todo lo contrario.


Que la sabiduría

que acompaña al mundo

a crear tantas cosas nuevas,

le permita encontrar

y reencontrar

aquellas, que le permitan,

el sencillo arte de vivir como hermanos.



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