jueves, 23 de febrero de 2023

Construir cultura

La cultura es lo único que puede salvar un pueblo, lo único, porque la cultura permite ver la miseria y combatirla. La cultura permite distinguir lo que hay que cambiar y lo que se debe dejar, como la bondad de la gente, el compartir una empanada, un vino...

Mercedes Sosa

Nos preocupan

muchos hechos y momentos

que se repiten con frecuencia

y que afectan y complican

la convivencia humana.


Nos preocupa el maltrato

y el trato indigno

que reciben los adultos mayores,

a quienes se arrincona,

porque son un peso

porque no se los valora.


Nos preocupa el grado y el volumen

que ha tomado la corrupción

en esferas públicas y privadas.


Nos preocupa el crecimiento

de mafias y traficantes

de drogas, armas y personas.

Junto a ellos, 

el crecimiento constante

de carteles de muerte y terror.


Nos preocupa la falta de preparación

de los encargados del servicio público.

Es decepcionante saber que 

lo que llamamos derechos de los humanos,

se cumplen en mínima forma.


Inseguridad jurídica, inseguridad social,

pobreza, desempleo y falta de oportunidad,

pueden ser los grandes males 

de una gran parte de la sociedad.


Y, a la par con ello,

un desinterés y un quemeimportismo,

ante el caos.

Una constante queja

y a la vez un “no saber qué hacer”.

Incrementar las penas, armar a la población,

encarcelar a todos, echar la culpa al gobierno,

a la escuela, a la educación,

a las nuevas generaciones, a la familia,

a todos, tarde o temprano.


Necesitamos construir, reconstruir y restaurar 

lo que llamamos cultura.

No puede haber paz si no construimos cultura de paz,

aquellos elementos y prácticas claves para la convivencia

el respeto y la tolerancia.

No puede haber educación, 

si no construimos cultura de aprendizaje. 

Estudiar, leer, entender,

comprender, colaborar.

Aprender a conocer, 

aprender a hacer, 

aprender a vivir juntos, 

aprender a ser,

aprender a aprender,

durante toda la vida.


No puede haber respeto,

decoro, ética y buenas costumbres,

si no construimos cultura de ello:

aquello que nos une, que nos hace humanos,

que nos hace sensibles, que nos hace corresponsables,

que nos hace respetuosos, que nos hace solidarios,

que nos hace ser parte de la solución y no del problema.


Necesitamos restaurar, rescatar, construir y promover

aquella cultura que nos permita reorientar el rumbo.

Ningún caudillo, ley, amenaza o sanción, 

hará que las cosas cambien, sin que los hábitos

le den la oportunidad al corazón,

de recuperar su humanidad,

y a la humanidad, de recuperar su dignidad.



jueves, 16 de febrero de 2023

Poder vivir

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? 

Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir

Confucio


¿Qué haces al levantarte?

¿Agradeces a alguien, la luz del nuevo día?


¿Qué haces al acostarte?

¿Agradeces a alguien, la jornada vivida?


¿Qué haces en el día?

vivir por vivir, trabajar por trabajar,

hacer las cosas porque “toca”,

o vivir la vida con algún sentido,

con inspiración, con consciencia,

con sentimiento, con corazón.


No es fácil,

porque si vives,

de una determinada manera;

porque si piensas,

de una determinada manera;

porque si actúas,

de una determinada manera;

alguien dirá, alguien opinará,

alguien pontificará que está bien,

o, por lo general, que está mal.

Estamos para vivir,

para poder vivir

de la mejor manera posible,

de tu mejor manera posible.


Acumula enseñanzas,

errores, ilusiones,

fracasos, aciertos, contradicciones.

Acumula vivencias,

deseos, frustraciones,

amores buenos, amores en proceso.


Ese es quizá un ejercicio bueno:

ser como un librero

y construir una biblioteca de sentimientos

de acciones, de hechos y de deseos.


Poder vivir,

estar consciente en vivir,

en hacer de la vida,

no un tránsito de despecho,

o de mandato divino,

sin poder aportar en nada.


Poder vivir,

para uno mismo,

para la paz interna,

para la paz personal,

para honra de la dignidad humana.


Poder vivir,

para que, al acostarnos,

al levantarnos y en el día a día,

nos sintamos realizados

por vivir y ser vida. 


jueves, 9 de febrero de 2023

Viejos jinetes, nuevos apocalipsis

¿Cómo podemos enfrentarnos al crimen organizado? Junto con la corrupción y el narcotráfico, ha constituido una fuerza que no es paralela al Estado. Es realmente un Estado dentro de él

Rigoberta Menchú


Es innegable y no se puede ocultar,

el oscuro escenario que deja a su paso,

la presencia de nuevos jinetes

de nuevos apocalipsis.

Era un secreto a voces,

era una especie de realidad

que nos resistíamos a aceptar.


“Que roben pero que hagan obra”,

era la consigna popular

para poder legitimar 

la institucionalidad de la corrupción.

Pagar a un tramitador,

sobornar a una autoridad,

pagar por un puesto público,

por un contrato, por un beneficio,

o por la liberación de obligaciones,

pasaron de ser hechos aislados

y se convirtieron en parte del actuar

de una gran parte del ciudadano común,

que cedió a la corrupción

porque no había otra forma de vivir

o de sobrevivir en un Estado

cuyo modelo ha sido diseñado

para favorecer un comportamiento

que se aborrece, pero se acepta,

que se denuncia, pero al que se allana.


Suavizada, adormecida y en algunos casos

asesinada la ética y la moral,

se prepara el camino para entregar,

al crimen organizado, al narcotráfico

y a las redes profesionales de corrupción,

un estado que no pueda defenderse

ni hacer frente a tan indefendible golpe.


Atados de manos, divididos,

ignorantes, vivimos presos de un poder

que pasa de mano en mano

vendiendo soluciones de humo

que desparecen con el tiempo

y que se diluyen entre denuncias

de robos, atentados, atracos y crímenes

que quedan en la impunidad,

y de los cuales no pasamos

de la eterna indignación,

cuando frente a nuestros ojos

desfilan los delincuentes y los corruptos

haciendo negocios

y, sobre todo: lo que les da la gana.


Nada cambia y nada cambiará,

si ese Estado, tomado por asalto,

no une a sus mentes y a sus ciudadanos

libres, honestos, honrados y entregados

a cambiar las condiciones que permiten

las actuales situaciones de corrupción,

podredumbre, inacción, fracaso y lentitud

de unos servicios que son a la vez derechos,

que, al no ser cubiertos,

permiten a las mafias aparecer

como los salvadores del momento.


Los ladrones no han devuelto el dinero,

los traficantes siguen lucrando,

dentro o fuera de la cárcel.

Los corruptos esperan,

la oportunidad siniestra

para llegar al poder

y robar a manos llenas.

Una gran parte de los políticos se lanzan y se gastan

en una campaña política

matizada de burlas y propuestas

sin sentido común.


Nuevamente: nada cambiará

si no unimos mentes y ciudadanos

libres, honestos, honrados y entregados,

que, despojados de sus intereses,

trabajen en el diseño de un cambio,

duro, doloroso, complejo, pero necesario,

para diseñar aquel futuro

que soñamos para los que amamos.



sábado, 4 de febrero de 2023

Caminas

Caminas por mis sueños,

sin límites, sin tiempo.

Caminas por mi vida,

de la mano a veces,

Despierta o dormida.

Caminas por tu vida,

sin creerte lo que eres:

hermosa, perfecta y fuerte,

profunda, sencilla y valiente.

jueves, 2 de febrero de 2023

Yo y mis errores

Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que no conocía

Maurice Maeterlinck


Como siempre,

sentado en la vereda

de esto que llamo vida,

me encuentro con días,

que son una suma

de horas complejas.


Desde el mal despertar,

desde el no despertar a tiempo,

hasta el escuchar

aquellas voces que solo predican

y jamás aplican

lo que dicen, lo que debemos hacer.


Y en esta vereda pienso,

reflexiono y siento

que es verdad… que me equivoqué,

que opiné mal,

que actué y me equivoqué,

que debí hacer “lo otro”,

el lugar “de aquello”,

que debí dudar,

en lugar de confiar. 


En fin,

cada vez que fallamos,

o que nos equivocamos

hay un dolor que aparece

a la altura del amor propio,

del autoestima y de la paciencia.


Y mientras pienso tanto en el error,

en lo que fallé, en lo que me equivoqué,

aquella sensación de culpabilidad

cambia de alguna manera,

cambia de alguna forma

o de algunas formas,

lo que yo sentía, 

lo que yo pensaba

de aquello que llamo mis errores,

mis fallos y mis contradicciones.


Y pasan, siguen y están allí,

aquellos momentos y aquellas situaciones

que demandan decisiones,

que nos llevan a decidir, a actuar,

a acertar y a fallar.


Y llevo en el alma mis errores,

mis propias contradicciones,

aquellas decisiones que llegan y se toman...

a veces gustan y otras disgustan.


Al final,

¿quién no comete errores?

¿quién no se equivoca?

¿quién no decide y actúa?

probablemente aquel que decide

someter su decisión

a la voluntad de otros,

a la decisión de otros…

o quizá aquel que no decide nada

para no equivocar su voluntad,

así ella haya sido entregada sin pensar.