jueves, 3 de septiembre de 2020

Sabiduría, alegría y confianza

                                                                                                                            

La salud es la mayor posesión.

La alegría es el mayor tesoro.

La confianza es el mayor amigo.

Lao Tzu

La búsqueda de posesiones,

materiales y terrenales,

nos lleva muchas veces,

a olvidar el verdadero significado

de otras posesiones,

que son, por decirlo de alguna forma, vitales.


Si esa búsqueda 

es desmedida e ignorante,

nos llevará solamente

a tener por tener,

a tener más que otros,

y a tener, por cualquier medio.

Entonces el corazón y el alma,

se secarán poco a poco.


Debemos reorientar,

u orientar simplemente,

a cuidar la salud,

como la mayor posesión,

que tenemos ante nuestros ojos.

La salud del cuerpo,

la salud de la mente

y la salud del corazón.

Es un ejercicio diario,

un estado de conciencia permanente,

un alimentar el auto estima,

un auto cuidado constante.


Eso debe acompañarse con alegría,

es decir, con ánimo, optimismo,

con un levantarse ante las caídas.

Esto de la alegría es un tesoro,

porque es algo así como alquimia:

cómo transformar los momentos complejos,

las situaciones difíciles,

los sentimientos negativos,

en energía para construir,

para dejar de lado los resentimientos,

las quejas y los “no puedo”,

por el “vamos a intentarlo

una y otra vez”.

La alegría es un tesoro,

porque nos recuerda,

que las cosas hermosas de la vida,

están más cerca de lo que pensamos,

y que la alegría,

será parte de nuestra buena salud.

No quiere decir reír siempre,

sino, no olvidar reír y sonreír,

y sentir los momentos  hermosos de la vida.


Finalmente,

y no porque no haya más.

Hay mucho por descubrir,

pero por ahora,

diremos que ese camino

nos debe permitir

tallar, pulir y dar forma

a una gran amiga y compañera:

la confianza.


Sabernos imperfectos

y por tanto, 

saber de la imperfección de nuestros actos

no puede limitar jamás,

la confianza del hacer.

la confianza del construir,

la confianza de caminar.

Confianza traducida,

sobre todo en: creer en nosotros,

en no olvidarnos de cuidarnos,

de sentir alegría 

y de vivir cada segundo,

como el mejor segundo de nuestras vidas.

No son bonitas palabras,

porque si las vemos así,

estaremos lejos

de hacerlas verdad.


Si las vemos como posibles, 

como reales,

como retos y una fórmula de vida,

ya estamos en el camino,

haciendo frente 

a lo que el camino ponga,

porque no estamos solos,

porque nuestro corazón

estará sano, alegre y confiado.


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