jueves, 7 de abril de 2022

El miedo… aquel enemigo interior

Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo

Giovanni Papini


Cargo en mi pasado,

la huella de una violencia,

de un maltrato vivido.


Cargo en mi equipaje,

el dolor del trauma,

el daño del violento

que actuó libre,

sin ningún miramiento.


Llevo en mis recuerdos,

los complejos momentos,

que me llevaron a pensar

que la vida no valía la pena,

que esta era una condena,

que se debía cumplir

viviendo la vida sin soñar más.


Me acompañan,

muy en mis adentros,

el haber repetido

o el haber permitido

aquellos comportamientos

que dieron paso a mis miedos.

Y llega un día

en el que me pregunto

¿qué hago con ellos?,

con esos perversos miedos

que han sido mis compañeros

de noches y días, 

que no parecían terminar.


Somos lo vivido,

y a la vez somos,

lo que viviremos:

estáticos o en movimiento,

resignados o inconformes,

resilientes o resentidos,

derrotados o esperanzados,

quejosos o propositivos,

dubitativos o dispuestos

a cambiar, a pesar 

de que nos podamos equivocar.


Por miedo,

podríamos estacionar

el vagón de nuestra vida,

y esperar que llegue

el vagón de la muerte,

sin esperanza alguna

de que algo pueda mejorar.


O, por miedo,

podríamos hacer frente

a este complejo presente

y darnos cuenta

de que es posible construir

nuevos momentos,

nuevas oportunidades,

nuevos comienzos,

nuevos horizontes,

y darle sentido a lo que queda,

a lo que nos falta por vivir,

como un homenaje personal

a nuestra propia dignidad.


No es justo que ese miedo

nos secuestre un futuro,

que  merece la pena,

a pesar de los problemas.




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