jueves, 2 de marzo de 2017

El discurso del odio

El odio es la venganza de un cobarde intimidado
George Bernard Shaw
No llego a entender,
cómo en el mundo pueden existir,
líderes, políticos y mandatarios
que construyan su imagen y gestión,
sobre la base
de un discurso de odio y desunión.

Cómo es posible que puedan existir
personas que puedan caminar
guiados por líderes que incitan al odio,
que piden odiar,
que piden venganza,
que piden violencia,
que piden desigualdad.

El discurso del odio,
es la estrategia del absoluto,
del régimen totalitario,
del fascista, del desgraciado,
que descubrió que el odio ciega,
que el odio nace en corazones pequeños,
que el odio se riega,
que corazón en corazón,
alimentado por mentiras,
por miedos y por falsedades.

El discurso del odio,
enardece al ignorante
que se abandera de una falsedad,
que la transforma en arma,
que está dispuesto a matar,
o a morir por una causa
de la cual no entiende nada,
de la cual no sabe nada,
de la cual... no sabrá nunca nada.

Desdichado aquel ciudadano,
que subido en el poder,
que envuelto en el poder,
que protegido por los poderosos,
siembra el odio entre sus seguidores,
siembra el odio entre sus gobernados,
siembra el odio,
como garantía del casos,
que le permitirá seguir gobernando
a todos aquellos que aprendieron a odiar
y que viven enfrentados todos los segundos,
los minutos y días de su vida.

El discurso del odio,
está presente,
tal parece
que llegó a quedarse.
Lo encuentras por todos lados,
en la intolerancia de un supuesto diálogo,
en las denuncias sin fundamento,
en los rumores, en los falsos testimonios,
en la tergiversación de la historia,
en la división de los buenos y malos,
de los ricos y pobres,
de los verdes o los blancos.

El discurso del odio,
llegó y está aquí presente,
alimentado por nuestra ignorancia,
por nuestra falta de estudio y lectura
por nuestra incapacidad de discernir.
Alimentado por la desidia ciudadana,
por el quemeimportismo,
por el individualismo,
por la deshumanización de la política.

El discurso del odio,
solo puede acabarse
si acabamos con sus causas,
si rescatamos  de una ver por todas
la honestidad,
la justicia, la paz,
la libertad, la fraternidad,
el amor por la humanidad.
Si regresamos a la sencillez de las cosas,
al amor por el prójimo,
a aquella sociedad
que se construía por todas la manos
y en común tenía,
el bienestar común.

El discurso del odio nos vencerá,
si seguimos así,
sin poder cambiar.
El discurso del odio desaparecerá,
si en nosotros tenemos solamente miedo
de hacer daño al prójimo,
todo lo demás no será miedo,

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será prudencia, razón y corazón.

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