El odio es la venganza de un cobarde intimidado
George Bernard Shaw
No llego a entender,
cómo en el mundo
pueden existir,
líderes, políticos y
mandatarios
que construyan su
imagen y gestión,
sobre la base
de un discurso de
odio y desunión.
Cómo es posible que
puedan existir
personas que puedan
caminar
guiados por líderes
que incitan al odio,
que piden odiar,
que piden venganza,
que piden violencia,
que piden
desigualdad.
El discurso del odio,
es la estrategia del
absoluto,
del régimen
totalitario,
del fascista, del
desgraciado,
que descubrió que el
odio ciega,
que el odio nace en
corazones pequeños,
que el odio se riega,
que corazón en
corazón,
alimentado por
mentiras,
por miedos y por
falsedades.
El discurso del odio,
enardece al ignorante
que se abandera de
una falsedad,
que la transforma en
arma,
que está dispuesto a
matar,
o a morir por una
causa
de la cual no
entiende nada,
de la cual no sabe
nada,
de la cual... no
sabrá nunca nada.
Desdichado aquel
ciudadano,
que subido en el poder,
que envuelto en el
poder,
que protegido por los
poderosos,
siembra el odio entre
sus seguidores,
siembra el odio entre
sus gobernados,
siembra el odio,
como garantía del
casos,
que le permitirá
seguir gobernando
a todos aquellos que
aprendieron a odiar
y que viven
enfrentados todos los segundos,
los minutos y días de
su vida.
El discurso del odio,
está presente,
tal parece
que llegó a quedarse.
Lo encuentras por
todos lados,
en la intolerancia de
un supuesto diálogo,
en las denuncias sin
fundamento,
en los rumores, en
los falsos testimonios,
en la tergiversación
de la historia,
en la división de los
buenos y malos,
de los ricos y
pobres,
de los verdes o los
blancos.
El discurso del odio,
llegó y está aquí
presente,
alimentado por
nuestra ignorancia,
por nuestra falta de
estudio y lectura
por nuestra
incapacidad de discernir.
Alimentado por la
desidia ciudadana,
por el quemeimportismo,
por el
individualismo,
por la
deshumanización de la política.
El discurso del odio,
solo puede acabarse
si acabamos con sus
causas,
si rescatamos de una ver por todas
la honestidad,
la justicia, la paz,
la libertad, la
fraternidad,
el amor por la
humanidad.
Si regresamos a la
sencillez de las cosas,
al amor por el
prójimo,
a aquella sociedad
que se construía por
todas la manos
y en común tenía,
el bienestar común.
El discurso del odio
nos vencerá,
si seguimos así,
sin poder cambiar.
El discurso del odio
desaparecerá,
si en nosotros
tenemos solamente miedo
de hacer daño al
prójimo,
todo lo demás no será
miedo,
-->
será prudencia, razón
y corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario