Lo que embellece al desierto
es que en alguna parte
esconde un pozo de agua
Antoine de Saint-Exupery
Son días y días,
de malas noticias,
de estadísticas sobre contagios,
muertos y desempleados.
Dias de fatiga,
miedo y desesperanza.
Dias de acusaciones,
de enfrentamientos,
de divisiones.
Dias de denuncias,
robos y corrupción.
Dias de abusos,
malos tratos y violencias diversas.
Puesta así,
la perspectiva de la vida,
la desesperanza se sienta
en el trono que reina la vida.
Pero,
!cuidado!,
que las realidades
tienen muchos lados,
muchos puntos de vista,
muchas verdades...
y, por desgracia,
muchas mentiras.
También han sido,
días, donde la solidaridad
ha impedido el hambre,
la desnutrición y la muerte.
Dias de descubrir
que no necesitas de muchas cosas
para vivir y ser feliz.
Y que,
ser feliz,
es mucho más sencillo,
que tener dinero en el bolsillo.
La vida con desesperanza,
es un desierto que no acaba.
La vida con esperanza,
es un desierto que esconde,
muchos pozos de agua.
Leo y aprendo,
de los que dan la vida,
por la vida de otros.
De los que cuidan a los enfermos,
de los que cuidan
a los desahuciados.
Leo y aprendo,
de los que sonríen
para que el mundo cambie,
y que no dejan
que ese mundo,
les cambie su sonrisa.
Y reír,
no quiere decir,
que no debamos y podamos,
llorar cuando sea necesario,
pero es la pauta,
para mantener viva
la llama de la esperanza.
Sin desesperanza,
o con muy poco de ella,
debemos caminar
el camino de la vida.
Aprendo cada día,
de aquellos,
que superaron guerras,
pandemias y fenómenos naturales.
Y que a pesar de esos males,
sembraron la tierra,
honraron a sus muertos,
celebraron a sus vivos,
y dejaron espacio
para que la esperanza viva
por siempre en sus corazones.
Y eso,
lo hicieron ellos,
no dioses de barro.
La esperanza y sus realidades
las construimos todos,
desde nuestros propios espacios,
desde nuestros mundos,
desde nuestros tiempos.
Sigamos aquí,
o viajemos a otro espacio,
que la esperanza acompañe siempre,
todos nuestros momentos.
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