viernes, 23 de abril de 2021

Sobre la conciencia (y su utilidad)

Hay una corte más suprema que las cortes de justicia, y es la corte de la conciencia. Supera todas las demás cortes. Para mí, es el único partido sincero

"Cultivar el corazón: enseñanzas sobre la no-violencia, la verdad y el amorincondicional" (2006)

Mahatma Gandhi

Con su silenciosa forma

dser y actuar,

la conciencia vive

y también habita,

en cada uno de nosotros.

Es un proceso,

algunos dirán: un arte,

saber escuchar la conciencia

y sentirla viva,

etodo su esplendor.

 

No siempre la escuchamos,

preferimos escucharnos,

y pensar quizá,

que la conciencia exagera

o quizá que está equivocada.

 

No siempre la sentimos,

nos sentimos y asentimos,

confiando en una supuesta conciencia

dnuestra propia inconciencia.

 

A pesar de su silenciosa forma

dser y actuar,

la conciencia habla fuerte

y habla profundamente.

 

Sus mensajes no siempre gustan,

incomodan y molestan,

porque nos recuerdan,

nos dicen y nos trasmiten,

ucontrapeso vital

dentro de nuestras vidas.

 

Y, en esa suerte de inconformidad,

silenciamos a la conciencia,

ldeclaramos innecesaria,

lencerramos y le decimos ¡basta!

A partir de ese momento,

lausencia de la voz de la conciencia,

dará paso a un ajuste interesado

dconceptos, situaciones y actuaciones.

 

Nos preguntamos ahora,

¿por qué las personas

actuamos o dejamos de actuar,

y que esas acciones u omisiones 

perjudicamlos a otras personas?

No hay conciencia, dicen unos,

Son unos inconscientes, dicen otros.

Los que creen en el alma,

dicen que los inconscientes

son también unos desalmados. 

 

En estos días, bueno

y otros tantos días más,

hpensado en la conciencia,

y en la capacidad del ser humano

para silenciarla y encerrarla.

Y los resultados están a la vista:

ausencia de solidaridad,

incremento de la violencia,

corrupción desmedida,

quemeimportismo,

desesperanza, miedo,

sufrimiento y desconfianza.

 

La esperanza, la solidaridad,

eamor por la humanidad,

lcorresponsabilidad ciudadana,

lcultura de paz,

son construcciones, son obras de arte,

que necesitan de la conciencia.

 

La conciencia,

nos es útil para vivir,

para mantenernos humanos,

despiertos y libres.

No hay leyes, quejas,

decretos e imposiciones,

que resuelvan los problemas,

sla conciencia sigue secuestrada,

por nuestras propias cadenas.

 

Demos el incómodo paso,

dliberar la conciencia

y sentarla en el lugar que se merece.

Seguramente, seremos

más temprano que tarde,

mejores personas,

que construirán mejores momentos,

para un mundo 

y una vida mejor.

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