No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico
Aristóteles
Cada vez
que nos enfrentamos
a un nuevo gobierno,
convergen al mismo tiempo
una serie de criterios,
de opiniones,
de miedos, e incluso: acusaciones.
Todos estamos,
en capacidad de decir,
de opinar
lo que debería ser
y lo que no debería ser
el gobierno que llega,
el gobernante que asume
el poder de dirigir
los destinos de los ciudadanos.
Incluso vamos más allá,
adelantamos nuestro criterio
de las cosas malas
que podrían venir,
o de las cosas buenas
que podrían pasar,
sobre la base de percepciones
que vemos, en nuestra propia realidad.
Es curioso saber,
que a muchas personas
les interesa un gobierno
“que robe, pero que haga obra”.
Otros quieren un gobierno
que entregue bonos
a los que más lo necesitan.
Hay una parte de los que quieren,
que el gobierno los mantenga
en sus puestos de servicio público.
Hay otros grupos
que piden condiciones adecuadas
para hacer negocios.
Unos, aunque no lo dicen en voz alta,
trabajan para que el gobierno
les permita, ganar mucha plata.
En fin,
en gustos y colores
sobre lo que un gobierno es,
o debería ser,
hay muchos matices,
y responden siempre
al corazón de quien lo piensa.
Todo esto sucede,
muchas de las veces
en medio de gobiernos
autoritarios, corruptos,
ineficaces, mentirosos,
populistas, vinculados a mafias
y destructores de la paz social.
Somos muy exigentes,
al momento de pedir,
pero poco exigentes,
al momento de dar.
Si queremos un gobierno práctico,
que deje en paz a sus ciudadanos,
esos ciudadanos deben ser
muy prácticos y corresponsables
de lo que hacen o no hacen
por su familia, su ciudad
y su país.
Es en el gobierno,
en la autoridad y en el poder,
donde realmente se conoce
a los seres humanos.
Que esa suerte democrática
deje de ser una ruleta rusa
y que sepamos de verdad
cuál es el verdadero ser
de quien asume el poder.
Allí estaría la clave
de una democracia más práctica
más cercana y humana.
Cuando haya oportunidades de cambio,
no pidamos peras al olmo,
sumemos y no restemos,
brindemos el beneficio de la duda,
pero sobre todo,
no nos durmamos en los laureles,
que el cambio,
es parte de todos,
no solamente,
de una autoridad o de un gobierno.
Porque si creemos que ellos,
son los únicos responsables del cambio,
solamente lograremos crear
monstruos y depredadores
de la democracia y sus instituciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario