El problema es que el entorno político moderno ha comenzado a actuar con la irresponsabilidad propia del arte, reduciendo la vida a un concierto absolutamente ficticio; ha transformado la sociedad en un teatro y al pueblo en una masa de espectadores...
"Lecciones espirituales para los jóvenes samuráis" (1967), Yukio Mishima
Algunos modelos
de ejercicio del poder
de lo que hoy llamamos democracia,
han pasado del servicio público,
al servicio propio.
El elector es visto
como una mente que se debe,
a toda costa, a cualquier costo,
lavarse y adoctrinarse,
para que deje de reflexionar,
para que no piense
ni tranquila, ni libremente.
El elector,
es “un voto a convencer”,
con cualquier tipo de campaña,
por irresponsable que esta sea.
El fin, para ellos,
justifica los medios.
(muchos de ellos: perversos)
Ya en el poder,
ese entorno político moderno,
se reparte las tajadas,
el presupuesto,
los puestos,
los favores y las embajadas.
Eso al final,
podría resultar el mal menor,
si trabajaran,
por el beneficio común,
pero ni eso,
la irresponsabilidad,
el cinismo y la soberbia,
hacen que ellos dispongan
de bienes y personas.
No entiendo,
cómo un grupo de personas,
pide la oportunidad de gobernar
y luego, ni gobierna,
ni ordena, ni planifica,
y deja que la inercia de la corrupción,
el abuso, el desorden y la irresponsabilidad,
hagan de un país,
con muchos recursos y oportunidades
una especie de Estado fallido.
Estos irresponsables,
son también irrespetuosos,
no les importa el dolor de las personas,
su sufrimiento, su padecimiento,
su males y temores.
Mientras miro,
la desesperación de nuestros mayores,
y de sus familias
por buscar una vacuna,
en medio de la desesperación,
la desorganización y el caos,
es indignante sentir
la forma en que se maltrata
a las personas que debemos cuidar.
La irresponsabilidad
y el irrespeto,
son ahora valores
de una cultura de servicio público,
que duele porque es violenta,
y violenta los derechos.
En parte, quizá se deba,
porque tampoco nos interesa
cuidar y cuidarnos,
a los que amamos y a los que desconocemos.
Si seguimos pensando,
que elegir sin responsabilidad,
es ser ciudadanos
probablemente merezcamos,
el presente que tenemos
y el futuro que heredaremos.
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