Es sentarse en la nave
y empezar el vuelo.
la emoción del ascenso,
la incredulidad del viaje.
Es empezar a volar
y sentir la sensación de flotar,
de estar en el cielo.
Es empezar a sentir
el ser inmortal,
un olor a infinito,
un sabor a perfecto,
una velocidad sin límite
un sentido de unidad.
Así termine el viaje,
el cuerpo y el alma
se quedan en el cielo.
La sensación de volar,
el haber volado,
cambiará todo el sentido,
de ese universo
que siempre han anhelado.
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