jueves, 13 de octubre de 2022

Sobre el respetar


Es un enorme error pensar que el gran cambio tiene que venir desde los partidos políticos. No, tiene que venir desde cada uno. Los seres humanos tenemos que aprender a respetarnos a nosotros mismos y después respetar a los demás. No sé quién dijo que primero tenemos que aprender a tolerar, pero que mejor que eso es aprender a respetar al otro

Mercedes Sosa

El aprendiz está 

en el taller de su maestro,

feliz e ilusionado por aprender,

nervioso y preocupado

por no dar la talla,

por equivocarse y dar la imagen

de no estar listo para el aprendizaje.


El maestro recibe al aprendiz,

“uno más” dice para sus adentros,

consciente de la responsabilidad que conlleva

enseñar el oficio a una nueva persona.

O, inconsciente de aquella responsabilidad

y poniendo en riesgo la formación 

de aquella persona que ve en su maestro

el ejemplo a seguir.


Aquel maestro,

puede inspirar, puede hacer soñar

al aprendiz que lo acompaña,

o puede dominar, amedrentar

y lograr un supuesto respeto

a base de gritos y malos tratos.


Ese maestro, 

puede crecer, al ver crecer a su discípulo.

O, ese maestro,

puede no ser tal, al confundir el miedo

y la desconfianza de su aprendiz, 

con un supuesto respeto.


Ese maestro, 

para ser llamado tal,

necesita saber aprender,

escuchar, inspirar y transmitir.

El otro, aquel mal llamado maestro,

cree que por haber llegado antes al mundo

lo sabe todo, lo inventa todo,

y es un completo ignorante

esperando las loas y aplausos

de aquellos que lo rodean.


Aquel maestro,

que entendió su oficio

sabe que su ejemplo enseña

más que cualquier enciclopedia,

por tanto serán sus formas,

sus modales, sus costumbres

su forma de llevar la vida

la que enseñará a su discípulo

cómo comportarse y encumbrase

a aquella maestría.


Todo lo demás,

irrespetos, insultos, malos tratos,

mentiras, difamaciones, engaños

murmuraciones,

harán de aquel personaje,

cualquier cosa, menos un maestro.


Respetar se aprende y se enseña:

respetando, a uno mismo

y a los que nos rodean,

sean estos amigos, enemigos

o ilustres desconocidos.


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