Su mirada, su voz, sus gestos,
todo en ella brindaba y regalaba paz.
Y con esa misma actitud educó,
compartió la vida con su gente
y con quienes la rodeaban.
Nos dejó un inquebrantable modelo
de dignidad humana,
nos dejó el ejemplo
de la amistad sincera
y cómo ser, si quieres ser buena persona.
Hoy su presencia deja la tierra,
y pasa a ocupar un espacio en el firmamento.
Cuando mire las estrellas
estará allí con su voz,
sus gestos y su sentimiento de paz.
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