No podemos dominar aquello que nos domina
"Un dios salvaje" (2007), Yasmina Reza
Llegaron a ser tantos,
-me refiero a los dominados-
que se convirtieron sin quererlo,
peor aun, sin saberlo,
(algunos dicen que ni lo saben, ni lo sabrán)
en la fuerza dominante.
Dominados por el dogma,
que les hizo creer,
que aquella ley divina,
que emanaba de la boca de los humanos,
había que cumplirla a rajatabla,
incluso dar la vida, o matar,
para que se cumpla y cumplirla.
Dominados por la ignorancia,
que les hizo creer,
cualquier mentira que les decía
que todo lo que hacen sus dominadores
es bueno y hay que aceptarlo,
así esa aceptación duela hasta el alma.
Dominados por oscuras fuerzas
que usaron la tecnología
para atraparlos a una pantalla
y a una realidad que no existía.
Dominados por el miedo,
de aquellos que entendieron
que sin protección de los estados
las mafias podían y pudieron
imponer la ley de las armas,
del crimen y la delincuencia impune.
Dominados por el individualismo,
que nos alejó del prójimo,
y nos acercó a la peligrosa búsqueda
del bien propio y de nadie más.
Dominados por el “qué dirán”,
y entregados de lleno a ser todo,
menos lo que queremos ser,
alejados de nuestra felicidad
e infelices, porque supuestamente
hicimos felices a los otros.
Dominados por nuestra inacción,
ante la acción de un ejercicio de la política,
que tomó como bandera
la mentira y la manipulación
y que garantiza su segura dominación,
una vez que los dominados,
voten una y otra vez
por aquellos que los dominan,
festejando como si hubiesen ganado algo,
cuando en realidad,
contribuyeron a dar una vuelta más
al cerrojo que encierra su libertad.
1 comentario:
Muy bien Roberto, vale la pena releerlo desde la religión, la política e incluso desde nuestra cotidianidad
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