Porque existen hambres mucho peores que no tener nada que comer, intemperies mucho más crueles que carecer de un techo bajo el que cobijarse, pobrezas más asfixiantes que la vida en una casa sin puertas, sin baldosas ni lámparas
Almudena Grandes
Una ciudad cierra sus puertas,
debe hacerlo, caso contrario,
los delincuentes matarían
a todos sus habitantes.
Es una ciudad, rica en recursos...
pero muy pobre en ayuda y atenciones.
Unos niños,
en lugar de ir a la escuela,
se quedan en casa.
La escuela está cerrada,
los profesores no llegan,
porque hay miedo de llegar.
Es una forma de pobreza
con una mezcla de desgracia.
Esos niños,
ya no aprenden a leer,
peor aún a estudiar,
o a pensar que existe una realidad
que podría llevarlos a otro lugar,
no solamente de espacio,
si no de conocimiento.
Otra población,
sigue abandonada a su suerte,
los políticos de turno
les dijeron que los sacarían de la pobreza,
les regalaron camisetas
y algo de comida
en esos tiempos de campaña.
Hoy,
no aparecen,
hoy… no dicen nada.
Alguien se acerca,
a un centro de salud,
y solamente encuentra desesperanza.
El personal médico,
no puede hacer nada más
que recetar una curación
ante le falta medicinas
y también indignación
ante aquellos desgraciados
que tienen la responsabilidad
de saber administrar,
en el amplio sentido de la palabra,
aquel sagrado derecho llamado salud.
Lo mismo pasa en la educación,
en la planificación del estado,
en el día a día de un país
que se sume en la desgracia
de una administración pública
pequeña o grande que es pobre.
Pobre de visión, de preparación,
de conocimientos, de aspiraciones.
Pobre de responsabilidad,
pobre de principios, de valores.
Pobre de ideas y pobre de responsabilidad
ante todos su electores.
Las pobrezas,
no son solamente el tema,
de aquellos que llamamos pobres
porque viven privados de todo,
lo que otros tienen.
Hay pobrezas,
en aquellos que deben administrar
y no administran la cosa pública.
En aquellos que se roban todo,
hasta el honor de las personas.
En aquellos que roban la ilusión,
de aquellos que los votan.
Mientras esas pobrezas existan,
no podremos cambiar
la situación de pobreza,
de los verdaderamente pobres.
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