jueves, 31 de marzo de 2022

Sobre los comienzos

La única alegría en el mundo es comenzar. 

Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante

Cesare Pavese


Esto de vivir,

no es solamente

comer y dormir.

Podría serlo,

y quizá lo es,

para varios,

para muchos,

una forma de vida,

una especie de conformismo.

Algo tan normal

algo tan real,

que no admite análisis,

reflexión o viaje interior.


Hay una peligrosa tendencia

a seguir patrones 

-preestablecidos-

que nos dicen en indican

para dónde 

o por dónde

esta vida

debe vivirse y de qué forma.


Por eso los comienzos,

son tan importantes,

cuando nos reclaman,

cuando nos piden

una dosis de intimidad,

Una dosis de nosotros mismos,

un reclamo a la originalidad

una invitación a reconocer

que sabemos pensar,

sentir, amar y gustar,

de una forma particular.


Esto de los comienzos,

esto de sentir que debemos comenzar,

cuantas veces sean necesarias,

es algo que la vida plantea,

es algo que se presenta

en nuestros días 

de diversas formas.


Está en nosotros

aceptar la invitación,

o dejar que la vida pase

como siempre,

por siempre,

sin que signifique cambio alguno.


Me gustan los comienzos,

cuando son hábito,

cuando me invitan

a pensarme, 

 a repensarme,

a mirarme y aceptar

que hay cosas que deben cambiar,

cosas que debo cambiar.


Me gustan los comienzos,

cuando son ese momento

en el que me doy cuenta

que no debo ser por ser

y actuar por actuar,

peor aún: ser por interés,

ser porque así, se supone,

me aceptan más.


Me gustan esos comienzos,

que empiezan en un día,

y me dicen,

que siempre es tiempo de empezar,

que el cambio, que el cambiar,

es una forma de oxigenar

esto que llamamos alma,

esto que llamamos vida.







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