Es como un rocío,
que moja con dulzura,
los pétalos de rosas.
Es como el agua,
que alimenta día a día,
las raíces de las flores amadas.
Es como las mariposas,
que vuelan como locas,
en el vientre tembloroso.
Es como lo que es,
y nada más,
puro y perfecto
y por ello se bebe
en pequeños sorbos,
en profundos momentos,
para disfrutar de su sabor,
en todo tiempo.
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