La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios
sino sobre las faltas de los demócratas
Albert Camus
Pegan el golpe
y esconden la mano.
Roban a través de terceros,
y una cadena de testaferros,
sostiene sus macabros entuertos.
Reinan
en un ambiente,
cargado de quemeimportismo
e ignorancia social.
Fueron y son,
los que torcieron los procedimientos
para complicar
la compleja labor de auditar,
investigar y juzgar
todos sus delitos.
Son los que repiten,
todos los días,
en todas sus redes
y enredos,
que son honestos y éticos.
Que trabajan por
toda esa gente,
que empobrecieron,
acosaron y atormentaron
en todos sus mandatos.
Son ellos,
los señalados con el dedo,
los enjuiciados,
los fugados,
los sindicados,
los investigados
y los ocultos
tras testaferros,
los que se presentan
una y otra vez,
a pedir el voto
y la confianza popular
para seguir haciendo
lo que les da la gana.
Caraduras,
sinvergüenzas,
embusteros,
mafiosos, ladrones,
estafadores,
mentiroso y embaucadores.
Todos esos calificativos caben,
para aquellos
que abusaron y siguen abusando
de los fondos públicos,
de la esperanza popular
y vendiendo castillos de arena,
compartiendo historias falsas,
que se sostienen en medias verdades
y en interminables mentiras.
Arropados los unos con los otros,
escudados en su discurso de mentira,
intentan manipular,
la intensión popular,
para seguir en poder
y lograr que su mentira,
mil veces repetida
se convierta en verdad.
Y todo esto,
pretenden que se haga,
con dinero público,
entregado a través
de una cuestionada autoridad
que actúa sin control
en beneficio de esos caraduras.
Nuevamente,
¿lo vamos a permitir?
Ojalá entendamos,
la fuerza que tiene hoy
nuestro voto
y nuestra conciencia social.
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