jueves, 10 de enero de 2019

Con pasión… (cartas a Santiago, mi hijo)


Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas
una parte viva de mi corazón
Gabriele d' Annunzio

Hijo mío,
te has atrevido,
por decirlo de alguna manera,
a apostar tu futuro,
por algo que quieres,
por algo que amas,
por algo…
por lo que sientes pasión.

Entregas al arte,
a tu arte, a tus pensamientos,
a tu aprendizaje, a tus sueños,
a tus desventuras y tristezas,
la pasión de tu juventud,
la pasión de tus ideas,
la pasión de tu amor.

No es fácil lo sé,
y siento como mío
ese caminar complejo,
como cuando recorrí,
esos mismos senderos,
de la pasión, la desesperanza,
la confusión y a la vez,
de la entrega por lo que amas,
por lo que sueñas,
por lo que esperas sea,
lo que harás toda la vida,
que aunque cueste y duela,
te brindará satisfacciones infinitas.

No dejes que ese llama,
que esa pasión se apague,
a pesar de los avatares.

Entrega siempre lo mejor de ti,
tu mayor esfuerzo y amor,
a eso que te llena y te da vida,
incluso si en esa entrega,
te encuentras con personas,
que no viven,
que vegetan,
y que ven en ti
a un ser extraño,
que nada contra corriente,
que vive, y no: sobrevive.

No permitas,
que el veneno de la resignación,
contamine tus sueños.
No sigas,
aquellos ejemplos
que justifican su inacción,
en la desesperanza y la ignorancia,
que todo lo dan por perdido,
que no se creen capaces,
de hacer y pensar por sí mismos,
“porque nada se puede hacer” –dicen ellos-,
porque ya lo harán los otros,
porque… en fin,
justificaciones infinitas,
que dar forma
a un modelo de vida,
que lo es todo,
menos eso: vida.

Con pasión,
con esa pasión que sientes,
para hacer lo que nace de tu corazón,
lograrás poco a poco,
construir y construirte como ser humano.
Reconocer tus errores,
tus fallas y desaciertos,
y a la vez reconocer tus valores,
tus facultades y aciertos.

Porque el futuro,
necesita de pasión,
porque un mundo mejor,
no se construye con derrotados,
con alienados, con ignorantes,
o con desesperanzados.

Que tu proyecto de vida,
no sea solamente
una idea que se sueña,
mientras mueres lentamente.
Que tu proyecto de vida,
sea la pasión
por lo que te hace mejor,
por lo que hace bien a tu corazón,
a lo que amas y a quienes amas.

Seguramente descubrirás,
que  ese camino tendrá
muchos matices,
algunos muy tristes y desgarradores,
otros desconcertantes y falsos,
pero seguramente descubrirás,
que así es el camino,
y tu pasión será la luz,
que ilumine la vía,
el alimento que des al alma,
la fuerza que impulse a tu espíritu,
y la razón por la que vivir…
a pesar de los días.

Con pasión hijo mío,
con esa pasión…
con sana pasión,
con esa que veo dentro
de ese hermoso corazón.

1 comentario:

Elena dijo...

Hermoso! felicitaciones y que siga el ejemplo de su Padre.
un abrazo