Si meditas cuidadosamente tus acciones,
una gracias divina te dará lo que falta
Fernando Rielo
De pronto hay
silencio,
esta vez impuesto,
no se puede hablar
del futuro,
solamente
reflexionar.
no se puede hablar de
las promesas,
solamente pensar en
ellas.
Es momento entonces,
de hacer un viaje
al interior de uno
mismo,
con el único objetivo
de pensar y
reflexionar.
Viajar al interior
del corazón,
para preguntarnos,
¿Quiénes somos y qué
queremos ser?,
¿Cómo hemos vivido y
cómo queremos vivir?,
¿Este presente es el
futuro que también queremos
para los que apreciamos
y amamos?.
Un viaje, una
reflexión,
que no admite
invitados,
es un encuentro
personal,
es un aprender a
reflexionar,
sin ningún tapujo,
sin ningún engaño
sin otro fin que el
beneficio propio
y el bienestar común.
Reflexionar sobre lo
que somos,
en lo colectivo y en
lo individual.
Reflexionar sobre lo
que queremos ser,
para la sociedad y
para nuestro proyecto personal.
Reflexionar sobre las
palabras,
sobre lo que
escuchamos en el día a día.
Sobre los modelos de
liderazgo
y los valores o anti
valores
que ellos representan.
¿Quién nos inspira?,
¿A quién seguimos
como modelo de vida?.
¿Son las buenas
costumbres,
y las buenas prácticas
como la ética y la
paz,
los valores que
adornan nuestro actuar
y el actuar de
quienes nos rodean?.
¿Somos parte de la
solución
o solamente parte del
problema?,
¿Actuamos en la
sociedad para el bien
o somos pasivos para ese
actuar?,
¿Pensamos, reflexionamos
o nos creemos todo lo
que nos dicen
y lo que nos cuentan
de realidades que al
final no sabemos
si son mentira o
verdad?.
Ese silencio de hoy,
acompañado de una
seria reflexión
nos hará actuar
conscientes,
que es igual a ser
responsables,
o mejor aún corresponsables
de lo que nos pasa y
nos pasará.
Ese silencio de hoy,
acompañado de una
seria reflexión,
marcará la
diferencia,
nos comprometerá a
actuar,
no podemos ser
pasivos
ante nuestra vida
y la vida de los demás.
Si solamente somos
espectadores,
si con nuestro
silencio
permitimos la
injusticia,
la intolerancia y la
violencia,
somos corresponsables
de aquello
y por tanto ninguna
queja futura cabe.
Viaja al interno de
tu corazón,
y responde ¿qué es lo
que deseas
para todos los que
amas?,
de verdad,
pregúntate por tus
valores,
por las cosas que te
permites
y les permites a los
demás.
No tengas miedo de la
respuesta,
quizá no te gusta,
y si es así,
reflexiona ¿cuál sería
la verdadera
respuesta
que te hará sonreír
y vivir en paz?.
Silencio,
silencio por favor,
es tiempo de reflexión,
que nos duela esta
tierra que amamos,
y que nos inspire a
hacerla siempre mejor.
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