jueves, 9 de junio de 2016

Imponer

Hay dos clases distintas de personas en la nación, aquellos que pagan
impuestos y aquellos que reciben y viven de los impuestos.
Thomas Paine

Cuando se vive sin ley,
cuando el poder en el poder
descubre que puede imponer
lo que le de la gana,
sin que existan poderes del Estado
que puedan cuidar a los ciudadanos,
llegan sin dudarlo
los impuestos y las imposiciones.

El poder en el poder no ahorra,
se gasta todo,
sin rendir cuentas a nadie,
y como necesita más plata
entonces legisla y aprueba
nuevos impuestos
nuevas formas de obtener dinero.

El poder en el poder,
inaugura un estilo único,
que no repara en nada,
que solamente escucha
su propio interés,
su propia necesidad,
que no es la necesidad de los ciudadanos,
que no es la necesidad del pueblo.

Y como las mañas se aprenden,
los pequeños poderes locales,
copian esos ejemplos
y suben los impuestos,
y ponen multas
y todo gira en torno del dinero,
sin ponerse a pensar
cómo poder apoyar
a todos los ciudadanos,
para que sus negocios prosperen,
para que los productores
puedan distribuir sus productos,
en fin…
condiciones adecuadas,
condiciones estables,
para producir,
para comprar y vender,
para promocionar la ciudad
para promocionar la localidad.

No se vale imponer,
cuando se debe dialogar,
cuando se debe consensuar
y buscar, así de simple: buscar,
un interés común.
Autoridad,
no es sinónimo de autoritarismo,
es sinónimo de liderazgo,
de buenas costumbres,
de innovación,
de entrega y trabajo.

Si alguna ecuación debe cambiar en política,
es aquella que promueve el desarrollo
concentrando todos los poderes.

Sin imponer,
se pueden desarrollar
los pequeños pueblos,
las pequeñas y grandes ciudades,
fortaleciendo lo local,
se construye lo nacional,
pero apoyando al que trabaja,
apoyando al que genera empleo,
apoyando al que crea,
apoyando al que produce,
al que necesita hacer realidad sus ideas.

Sin imponer,
esa es la forma,
con un ejemplo y un liderazgo,
basado en equipos de trabajo,
y no en la construcción
de dioses de barro,
que asumen de manera totalitaria,
que ellos tienen la verdad de las cosas,
y porque tienen el poder,
imponen sus ideas vacías,
sus propuestas funestas
y sus impuestos y multas.

No sé si escuchan nuestras voces de protesta,
lo que seguramente escucharán,
será el sonido vacío
de una urna electoral,
que no tendrá votos,

porque nadie los querrá más.

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