Fue un volver
al oscuro pasado,
que creía olvidado,
pero no era cierto.
Ese dolor de la lejanía,
ese esperar…
y que no llegue nada,
esa ansiedad por el deseo
que nunca llega,
que nunca llegará.
Fue un volver al miedo,
a sentirse muerto,
a pesar de seguir viviendo.
Fue un saborear
el amargo sabor de aquel sentimiento
que se queda solo en una orilla,
y que no logra recorrer
por más que se intente
el cause del río de la vida.
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