jueves, 7 de enero de 2016

Silencios impuestos ... silencios dispuestos

Que se levanten todas las banderas
cuando el cantor se plante con su grito
que mil guitarras desangren en la noche
una inmortal canción al infinito.
Si se calla el cantor
calla la vida.
Horacio Guarany

Dice el refrán popular,
que para conocer el corazón de un hombre
debemos entregarle poder,
ahí veremos su verdadera intensión,
allí conoceremos su verdadero valor.

Porque al darle poder,
si es inteligente,
sabrá alejarse de las voces melosas
que buscan convencerlo de supuestas verdades,
que el dicen al oído quienes son los buenos,
que le piden castigue
a todos aquellos a los que llaman malos.

El poder sin valores,
sin buenas costumbres,
tiende a corromper.
El poder absoluto,
corrompe absolutamente todo.
No es un asunto de coimas,
es algo más grave,
es engañar a la gente,
para hacerle creer
que solamente el poder en el poder
es la verdad de las cosas,
que solamente el poder en el poder
es capaz de pensar, de decir la única verdad,
de trabajar por nuestro supuesto bienestar,
de ser víctima del odio de quienes
día a día, buscar hacerse con el poder.

El poder que busca ser absoluto,
buscará imponer la ley del silencio,
dispondrá silenciar las voces disonantes,
intentará acallar las voces críticas,
las que hablan con respeto,
las que hablan con fundamento,
y también las voces irrespetuosas,
aquellas que hacen mal uso de la palabra,
pero que al final voces al fin,
que están allí y no se callarán.

Si el poder que busca ser absoluto,
cree que imponer el silencio,
o disponer silenciar las voces,
será el camino para convertirse en verdad absoluta,
quizá logre su objetivo
si los ciudadanos callamos,
si los ciudadanos nos silenciamos ante los abusos,
si los miedos nos vencen y nos ganan la batalla.

Por el contrario,
si los ciudadanos,
ejercemos de manera responsable,
el derecho de hablar,
de decir, de comentar, de analizar,
de criticar, de pedir cuentas,
de opinar, de dar soluciones o propuestas,
el poder en su búsqueda del absoluto,
por más silencios que imponga,
por más silencios que disponga,
no podrá callar,
no podrá impedir que pensemos,
que analicemos,
que meditemos,
que reflexionemos,
que nos creamos cualquier cuento,
cualquier noticia que busque disfrazar una realidad.

Ante los silencios impuestos,
ante los silencios dispuestos,
solamente queda la defensa irrestricta
de la libertad del pensamiento
de la libertad absoluta de conciencia,
de la educación que libera,
de la ciudadanía responsable y comprometida
que sueña y trabaja por una patria incluyente,
una patria de todos,
una patria para todos,

y un futuro para los que amamos.

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