lunes, 25 de enero de 2016

Bala perdida

Es cambiar de a poco,
porque entiendes que ese no era el camino.
Es dejar de ser uno,
para ser lo que te prepara el destino.

Y yo que creí que con los años,
los muros caían,
igual que los prejuicios.
Descubro, en medio del camino,
que los muros son tan o más fuertes,
que cien ejércitos,
que miles de odios.

Aún sin salir del golpe,
te levantas e intentas caminar.
Seguro sobrevivirás,
con una pena en el alma,
pero sobrevivirás,
aprendiendo de esa vida
más amarga que alegre
más humana que celeste.

Y de vuelta a la realidad,
tratar de transformar las palabras
en algo con lo que puedas vivir,
ese es el trajín de los días,
esa es la nueva vida,

esa es, quizá no… una bala perdida.

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