jueves, 29 de octubre de 2015

Vivir la ciudad

Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y toda cosa esconda otra.
Italo Calvino
El día domingo,
salí de casa
 y encontré a la ciudad
con sus calles cerradas.
No entendía lo que pasaba,
no habían información,
solamente confusión.

Entendí luego,
que la ciudad albergaba
una iniciativa
que cerraba por unas horas,
varias calles y avenidas,
para que las familias,
los vecinos y los ciudadanos,
caminen y disfruten de las calles.

Sin duda,
una gran iniciativa,
que desde mi personal punto de vista,
hubiese sido completa,
si aquella iniciativa
se acompañara de un plan
que permita a los vehículos transitar
por rutas alternativas
y evitar con ello,
largas filas y conductores
sin encontrar la forma de llegar
al destino que habían establecido.

El mismo problema sucede,
cuando por alguna razón
se cierran las calles
para dar paso a desfiles
o fiestas populares.
Está muy bien,
o quizá esa es la tradición,
pero vivir la ciudad y vivir en la ciudad
requiere pensar en todos:
vecinos, peatones, conductores,
vehículos y sociedad en general.

Es pensar,
cómo la autoridad planifica,
cómo la autoridad ordena el tránsito,
el crecimiento de la ciudad,
las reglas de convivencia,
la formas  de circular en la ciudad.

Si lo hacemos desde el punto de vista punitivo,
solamente habrán multas,
sanciones y penas.
Si por el contrario,
generamos el concepto de ciudad,
bajo el paradigma de convivencia,
tolerancia, respeto y cultura de paz,
incluiremos a los ciudadanos,
a los colectivos sociales,
a los vecinos en general,
en la forma de vivir y convivir en la ciudad.

Los ciudadanos,
no podemos renunciar,
al derecho de decidir
sobre la marcha de una ciudad,
incluso de un país.
No decidimos solamente en las urnas,
decidimos,
cuando dejamos que los mandatarios,
los poderes públicos,
hagan y deshagan de nuestras vidas,
y nosotros nos quedamos callados.

Decidimos cuando actuamos,
cuando nos organizamos
y exigimos el cumplimiento
del mandato popular.
Esa exigencia,
nos exige también
actuar con responsabilidad,
tanto en el cumplimiento de nuestras obligaciones
como en el esfuerzo colectivo que hagamos
para vivir la ciudad,
para hacer de ella un hogar,
que acoge y cobija,
que alegra y atrae,
que crece con vida,

que se transforma en la casa querida.

No hay comentarios: