jueves, 8 de noviembre de 2007

Cartas a Santiago, mi hijo



Hijo mío:

En tiempos de desconfianza,
en momentos de desesperanza,
cuando nada parece verdad,
cuando reina la inequidad,
hay que buscar símbolos,
hay que buscar signos,
que iluminen nuestro caminar.

En tiempos en que cualquiera
se cree en la capacidad de juzgar a todos,
juzgar de todo.
Cuando el buen nombre y la honra
se tienen que demostrar
y no se asumen de antemano.

En tiempos en que la envidia,
crece en proporción al éxito de tu vida.
En tiempos en que la paz,
parece ser una simple quimera,
los hombres y mujeres de corazón bueno,
de corazón puro,
que son la mayoría,
deben buscar símbolos,
deben buscar signos,
que iluminen su camino,
que faciliten su andar,
que disminuyan su agobio,
que aligeren su pesar.

Pues en los símbolos hijo mío,
encontraremos la proyección,
de lo que buscamos y deseamos…
de lo que vinimos a hacer [en el mundo].

Uno de ellos es la Flor de Loto,
un antiguo y profundo signo,
que representa el honor,
el buen nombre,
el buen hacer,
el mantenerse puro,
en aguas putrefactas.

La Flor de Loto,
crece en estanques
de aguas podridas,
pero se mantiene fresca y lozana,
no se contamina,
por el contrario,
utiliza los contaminantes
y los transforma día a día,
en sustancias, que a la larga,
le producen la vida.

La Flor de Loto,
es el símbolo,
que representa
el renacer del alma,
la posibilidad de saber
que podemos ser mejores,
aunque nos rodeen los peores,
que podemos ser honestos
frente a tanta corrupción,
que podemos transformar,
las malas acciones,
las malas obras,
las malas palabras,
y los pensamientos oscuros,
en hechos, en obras,
en palabras y comportamientos
humanos, dignos de mujeres y hombres
que se merecen lo mejor.

Por ello creo que en estos tiempos,
y se dice que en los tuyos,
en los que vendrán,
que serán peores, se dice,
es necesario sembrar muchas,
miles, millones de Flores,
de Flores de Loto,
que se mantengan a flote,
que adornen la vida,
que sean bálsamo de vida,
a pesar de las miseria humanas,
a pesar de las inequidades,
de las injusticias,
de las penas,
de las causas perdidas.

Sé una Flor de Loto hijo mío,
no para presumir de ello,
pues no cabe eso,
ya que cuando presumas,
te habrás contaminado,
tus hojas se habrán marchitado,
y serás parte de lodo
sobre el cual flotabas.

Sé Flor de Loto hijo mío,
para tu personal beneficio,
que será el beneficio de los tuyos,
y de los otros con quien los tuyos
comparten la vida.

Sé Flor de Loto hijo mío,
para demostrarle al mundo,
que nada está perdido,
así lo dijo el Padre Celeste,
tráiganme a uno y todos se salvarán,
mientras haya una Flor de Loto,
habrá esperanza,
habrá un símbolo,
habrá una luz,
habrá un camino para seguir,
una misión que cumplir
y una alegría para vivir.

4 comentarios:

Milton Ramirez dijo...

Mi hijo siempre me pregunta, Papi que haces tanto en la computadora? El no sabe que trabajo con ella y a veces paso el tiempo y pesar de todo eso jamas le hededicado una linea a él. Creo que el poema sera el tema con el que empezaré. Muy bonito y decidor!

Roberto dijo...

Gracias por el comentario. Lo complejo es vivir el mensaje, ese es mi principal reto.
Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Tu escrito me hizo memoria de aquellas letras de Rudyard Kipling:

Si logras conservar intacta tu firmeza
cuando todos vacilan y tachan tu entereza.
Si a pesar de esas dudas, mantienes tus creencias
sin que te debiliten extrañas sugerencias.
Si sueñas, sin por ello rendirte ante el ensueño.
S piensas, mas de tu pensamiento sigues dueño.
Si triunfos o desastres no menguan tus ardores
y por igual los tratas como dos impostores.
Si hasta el pueblo te acercas sin perder tu virtud
y con reyes alternas sin cambiar de actitud.
Si no logran turbarte ni amigo ni enemigo,
pero en justa medida pueden contar contigo.
Si entregado a la lucha con nervio y corazón,
aun desfallecido persistes en la acción.
Si alcanzas a llenar el minuto sereno
con sesenta segundos de un esfuerzo supremo...
Lo que existe en el mundo en tus manos tendrás,
¡y además, hijo mío, un hombre serás!

Pablo dijo...

Como tu dices, el reto es vivir el mensaje. Tus palabras capturan algo esencial e importante pero tu intencion capta algo mas profundo aun. Como padre, te entiendo y tambien me siento retado a vivir el mensaje.