La vida no va de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo
George Bernard Shaw
Has vivido,
vives y vivirás,
situaciones
cuyo entorno es ajeno,
no depende de ti.
Los entornos son eso,
una suma de personas,
hechos, momentos,
decisiones,
palabras, gestos y tiempos,
en los que estamos:
como ocasión,
como convicción,
como decisión,
o por obligación,
por coincidencia,
por historia,
por legado,
por accidente,
y por tantas cosas más.
Esos entornos
pueden ser
tan hermosos
y paradisíacos,
que no queremos que acaben nunca.
O, pueden ser,
entornos cambiantes,
que al final,
da igual estar o no estar.
O, son también,
entornos complejos,
violentos, agobiantes,
sofocantes,
inhumanos e indignos.
Disfrutarlos,
combatirlos,
intentar cambiarlos,
tratar de entenderlos,
criticarlos y ajustarlos,
nos puede llevar toda una vida:
eso es lo que nos rodea.
En el otro lado,
de aquella moneda
llamada vida,
conviene preguntarse,
-si esto es lo que me rodea-,
¿de qué me rodeo yo?
que tengo la maravillosa oportunidad
de tomar la decisión -o no-
de buscar,
comprender, aprender,
escoger,
sembrar, cultivar,
y sentar junto a mi,
aquellos claves elementos
de los que me rodeo
para poner como contrapeso
a ese entorno
con el cual me enfrento
en todo momento.
Hacer una lista
de aquello que has escogido,
como tu propio entorno,
y de lo que te falta escoger,
mientras caminas
en medio de lo que te rodea,
y que te viene de fuera,
podría ser,
una productiva forma,
de hacerte el bien.
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