¡Sueña! Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga
Charles Chaplin
Como en todo,
como de todo,
de los sueños
se dicen cosas…
malas y buenas.
Que soñemos despiertos
o, que cerremos los ojos,
para ver los sueños.
Que los sueños son el motor,
o que los sueños son
un agitado tiempo perdido.
Creo que,
si encontramos la razón
de tener un propósito
o propósitos en la vida,
es porque soñamos.
Creo que,
si logramos encontrar,
la inspiración
y la fuerza necesarias,
para empezar
a mover nuestras piernas
hacia alguna dirección,
-conscientes de ello-
es porque hay sueños,
pendientes de cumplir.
Ahora,
no basta con tener
aquel hermoso anhelo,
aquel hermoso sueño,
es necesario y saludable
una generosa dosis
de responsabilidad
con nosotros mismos,
y nos tendremos que preguntar
si ese sueños
si esos sueños
nos llevarán
con el tiempo,
a esa realidad
a la que esperamos llegar,
o, al menos caminar,
en dirección tal,
que el sueño, el propósito,
el hábito, la acción,
sean los pilares
de aquello que podríamos llamar
proyecto de vida.
No es entonces,
soñar por soñar,
llenándonos de deseos,
si más.
Es alimentar al sueño,
con pequeñas,
pero constantes dosis
de acciones, decisiones,
correcciones, reflexiones,
y conversaciones.
No sé si llegue a ver
mis sueños hechos realidad.
Por ahora,
creo que entender mi
o mis propósitos de vida,
será el inicio del camino.
¿Y… si el mundo acaba mañana?
No quisiera,
que ese momento me encuentre,
quejándome por no poder
hacer realidad mis sueños.
Quisiera que me encuentre,
caminando, lento o rápido,
con dificultad o con tranquilidad,
en ese ejercicio de llevar mis sueños
de la mano de los aprendizajes,
que me brindan los días
que dedico a transformar los sueños
en pequeñas realidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario