jueves, 16 de marzo de 2023

¿Qué será de nuestros niños?

Lo que se les dé a los niños,

los niños darán a la sociedad

Karl A. Menninger

La noticia de un secuestro

conmociona a la sociedad.

Dos personas son reportadas

como desaparecidas.

Las redes sociales se inundan

de llamados y mensajes

que piden, reclaman y exigen

que los cuerpos de seguridad del Estado

actúen de forma inmediata,

antes de que sea tarde.

Transcurren las desesperantes horas,

y la noticia del hallazgo de los secuestrados

alegra a familiares, amigos y desconocidos.


Pero la noticia traía consigo,

un doloroso hecho:

parte del grupo de secuestradores

eran menores, y uno de ellos,

lo que la ley llama: reincidente,

pues había participado del asesinato

de una persona en otra ciudad, en otra localidad.


El sistema de justicia y seguridad,

que el Estado ha diseñado,

a través de sus legisladores y gobernantes,

solamente piensa en una justicia punitiva

y no restaurativa,

asumiendo que los niños y los menores,

cuando cometen delitos, 

no pueden ser juzgados como los mayores,

no deben ser rehabilitados, peor aún

reinsertados a la sociedad.


Las mafias, en su inteligente malicia,

miran a los niños y a los jóvenes,

como los personajes ideales,

para iniciarlos en el crimen y el delito.


Los niños presencian en el día a día,

el relato de políticos corruptos

que roban a manos llenas,

la triste historia de legislaturas

que se preocupan de todo,

menos de trabajar, legislar, fiscalizar,

por un estado de bienestar.


Los niños miran como las fuerzas de seguridad,

de justicia e investigación,

se entregan en cuerpo y alma

a las jugosas propuestas de bandas

de criminales y traficantes.


Los niños miran y viven

la violencia en sus hogares.

Asisten a una escuela con deficiencias,

cuando la escuela existe.


Los niños se afectan de la invasión,

de una tecnología que desvirtúa

el sentido y el valor de la vida.


Los niños son obligados a memorizar 

y no a investigar, aprender y comprender.

Los niños ven que botamos basura en las calles,

que nos pasamos el semáforo en rojo,

que maltratamos a nuestros padres,

que hablamos mal del prójimo,

que mentimos y engañamos.


¿Qué será de nuestros niños?,

si están rodeados de tantos males,

y seguimos esperando que sean

el futuro de la humanidad. 


¿Qué ponemos y cultivamos

en el corazón de nuestra niñez?


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