Preferid, entre los amigos, no sólo a aquellos que se entristecen con la noticia de cualquier desventura vuestra, sino más aún a los que en vuestra prosperidad no os envidian
Sócrates
Dice por allí,
un pensamiento que leí
que es saludable, muy saludable,
guardar tu alegría y tus logros,
muy dentro de ti,
para cuidarlos de aquella gente
que no solamente sufre
si no se molesta y actúa contra ti,
por el simple hecho de que eres feliz,
de que cumples metas,
de que haces un trabajo de forma responsable,
de que te felicitan o reconocen
alguna acción y valor,
puesta en práctica.
Podría ser,
que sea un buen consejo,
eso de no hacer público
aquello que te hace bien
y que te hace feliz,
por un disfrute personal.
Lo triste es tener que esconderlo,
y peor aún,
saborear la amargura
y la envidia de persona o personas
que no soportan que otras,
a pesar de las complejidades
y matices de la vida,
decidan vivir y hacer las cosas
de una determinada forma.
Por ello,
el cuidar, cultivar y fortalecer
la relación con aquellas amistades
con aquellas personas,
que están allí,
en las buenas y en las malas,
sobre todo, en estas últimas,
que suelen ser las más comunes
y las más solitarias,
no tiene precio alguno.
Enfocarnos en nuestra propia vida,
sumar en la vida de los demás,
evitar el daño y la maledicencia,
estar para cuando nos necesiten,
estar para aplaudir, motivar, acompañar,
aportar y contribuir.
Para educar, para corregir,
para reconocer, para enmendar.
Ser lo que esperamos
de aquellas amistades,
y de aquellas personas
que en la obscuridad son luz y compañía,
y en la luz, son la sombra que nos alivia.
Ser,
lo que esperamos que otros sean
para nosotros y para los que amamos.
1 comentario:
Felicidades Dr. Roberto por este don a través del cual
cual nos motiva a sus lectores a continuar y y ver con objetividad diferentes circunstancias muy comunes en la vida.
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