jueves, 2 de marzo de 2023

Aquellas amistades… aquella buena gente


Preferid, entre los amigos, no sólo a aquellos que se entristecen con la noticia de cualquier desventura vuestra, sino más aún a los que en vuestra prosperidad no os envidian

Sócrates


Dice por allí,

un pensamiento que leí

que es saludable, muy saludable,

guardar tu alegría y tus logros,

muy dentro de ti,

para cuidarlos de aquella gente

que no solamente sufre

si no se molesta y actúa contra ti,

por el simple hecho de que eres feliz,

de que cumples metas,

de que haces un trabajo de forma responsable,

de que te felicitan o reconocen

alguna acción y valor,

puesta en práctica.


Podría ser,

que sea un buen consejo,

eso de no hacer público

aquello que te hace bien

y que te hace feliz,

por un disfrute personal.


Lo triste es tener que esconderlo,

y peor aún,

saborear la amargura

y la envidia de persona o personas

que no soportan que otras,

a pesar de las complejidades 

y matices de la vida,

decidan vivir y hacer las cosas

de una determinada forma.


Por ello,

el cuidar, cultivar y fortalecer

la relación con aquellas amistades

con aquellas personas,

que están allí,

en las buenas y en las malas,

sobre todo, en estas últimas,

que suelen ser las más comunes

y las más solitarias,

no tiene precio alguno.


Enfocarnos en nuestra propia vida,

sumar en la vida de los demás,

evitar el daño y la maledicencia,

estar para cuando nos necesiten,

estar para aplaudir, motivar, acompañar,

aportar y contribuir.

Para educar, para corregir,

para reconocer, para enmendar.

Ser lo que esperamos

de aquellas amistades,

y de aquellas personas

que en la obscuridad son luz y compañía,

y en la luz, son la sombra que nos alivia.

Ser,

lo que esperamos que otros sean

para nosotros y para los que amamos.




1 comentario:

Unknown dijo...

Felicidades Dr. Roberto por este don a través del cual
cual nos motiva a sus lectores a continuar y y ver con objetividad diferentes circunstancias muy comunes en la vida.