Una ciudad se parece a un animal. Posee un sistema nervioso, una cabeza, unos hombros y unos pies. Cada ciudad difiere de todas las demás: no hay dos parecidas. Y una ciudad tiene emociones colectivas.
John Steinbeck
Me gusta saber
que una ciudad es,
o debe ser,
o debería ser,
una suma
de emociones colectivas.
En las las ciudades,
vivimos y convivimos
propios y extraños,
parientes y seres lejanos,
amigos, conocidos,
vecinos, pobres y ricos.
Hacemos de las ciudades
un gran tapiz de colores,
costumbres e identidades.
Esas emociones colectivas,
le dan una impronta
a cada ciudad,
la hacen única, la hacen especial.
O, la hacen triste, sombría,
lejana, inóspita o selectiva.
Olvidamos quizá
que en nuestro hacer
o en nuestra inacción,
en las emociones que le ponemos
al vivir en la ciudad,
en su cuidado y protección
en su orden y proyección,
o en el desinterés más absoluto,
en el desconocimiento de su historia
y de su presente,
en el dejar hacer, dejar pasar,
en el creer que la autoridad
puede hacer o deshacer
de la ciudad,
podría marcar el sentido y proyección
la emoción colectiva de eso
que llamamos ciudad.
La ciudad es aquel sistema,
compuesto de gente diversa,
de diversos barrios,
calles, plazas y avenidas,
Árboles, plantas, flores
aves de diversos colores.
Es la suma de colectivos,
y también de instituciones.
de paisajes amados
y de problemas urbanos.
La ciudad no es sin su madre,
su madre naturaleza,
sin su biodiversidad,
sin sus fuentes de agua,
sin sus senderos, sin su aire especial.
Y la ciudad también es
deforestación, basura,
contaminación y una suma
de abusos en nombre del desarrollo
y del crecimiento urbano
Entonces regreso
a eso de la ciudad
como la suma de emociones colectivas,
donde los ciudadanos
nos apropiemos de la ciudad amada
y la construyamos con amor, pasión y respeto.
Donde empecemos primero
por conocer dónde vivimos
y qué queremos de la casa común.
a dónde queremos llevar la ciudad
y hasta dónde,
la ciudad cuenta con nosotros.
Las autoridades,
deberán aprender a responder al encargo
de administrar la ciudad,
y los ciudadanos a aprender a sumar
emociones acciones colectivas
positivas y constructivas
que permitan decir con hechos,
que amamos esa ciudad.
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