“La gente habla de la mayoría de edad. Eso no existe. Cuando uno tiene un hijo, está condenado a ser padre durante toda la vida. Son los hijos los que se apartan de uno. Pero los padres no podemos apartarnos de ellos”
Graham Greene
No se si son una condena,
o algo que llega,
que se desea,
que se anhela,
que se busca,
que se vive,
que se asume,
que se presume.
Incluso,
algo que se rehúye.
Los hijos llegan
en distintos momentos.
en distintos tiempos.
de distintas maneras.
Los hijos llegan,
y a veces se los compara,
con las medidas
que la sociedad te entrega:
¿están sanos?,
¿están completos?
¿están guapos?
¿son inteligentes,
bonitos, despiertos?
¿y si no lo son?
¿si llevan con ellos
la marca de la diferencia?
¿si no pueden ver,
hablar o moverse?
O, ¿si hablan un lenguaje Down,
autista o de otra forma humana,
que escapa del común de las medidas
que tenemos para clasificar
a los hijos que llegan a nuestras vidas?
En otros momentos no llegan,
a pesar de la búsqueda,
del deseo, de la pasión por que lleguen,
de la frustración por el intento,
por no saber lo que pasa.
Llegan los hijos,
y no siempre sus padres
están para ellos,
porque mueren antes de que nazcan,
o de que crezcan.
Porque mueren
mientras sus hijos viven.
O, porque se alejan,
se van y dejan
a sus hijos solos en la vida.
Otros hijos llegan,
a pesar de las circunstancias.
En fin,
llegan, o no llegan,
pero sus padres,
están allí para la llegada,
en todas sus formas,
en todas sus características.
Y si no llegan,
se transforman en el mejor sueño
que pueda tener un ser humano:
soñar en su vida.
Llegan, llenan,
inspiran, agotan
y no quedan minutos libres
para pensar en otra cosa.
Y de pronto…
se van, crecen, son ellos,
sin nosotros.
lo normal, lo esperado,
-se supone-
O, se van en cuerpo y en espíritu
o para construir
su propio tiempo
y su propio momento.
No termina nuca,
este ir y venir,
Y en medio de ello,
debemos construir nuestra vida,
y sentir, desde que llegaron,
que seremos uno… toda la existencia.
Por los que llegaron,
por los que se fueron,
por los que llegaron diferentes,
por los que llegarán,
y por los que se harán esperar
toda la vida.
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